EL DEBER
Mauricio Rivera Landívar estuvo secuestrado por 50 días. La alerta de un albañil permitió que los policías lo rescaten
Querían venganza. Una organización criminal secuestró, durante 50 días, al hermano de un boliviano que asesinó en 2014 en Perú, al capo narco Frederic Goran Stavric, de origen Serbio, quien estaba prófugo de la justicia de Bélgica y Brasil por su frondoso antecedente marcado por sicariatos, robos a bancos, tráfico de armas y de sustancias controladas.
Mauricio Rivera Landívar (32) fue raptado el 15 de abril, en el kilómetro 9 de la carretera al norte por una banda de narcos, que lo trasladó en un vehículo hasta el barrio Los Vallecitos, donde estuvo en cautiverio hasta el 3 de junio.
El plagiado se dio modos para escribir en una hoja, con una llave, un mensaje de auxilio y el número de su exmujer. Luego metió este papel en una media y la lanzó al lote contiguo, donde trabajaba un albañil de 28 años, que denunció el ilícito.
Los grupos especiales de la Policía realizaron una operativo y rescataron a la víctima. Además, aprehendieron a uno de los raptores, identificado como Arnoldo Saucedo Rueda (42), quien se encargaba de vigilar y alimentar al secuestrado.
Plagio por vendetta
El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de Santa Cruz, Jhonny Aguilera, explicó que una sed de venganza motivó el secuestro de Mauricio, pues, por su rescate los raptores pedían que se entregue su hermano, Diego Rivera Landívar, que es buscado por un asesinato en Perú, el 6 de julio de 2014.
Diego y el peruano Roy Roger Oroche García fueron los encargados de acribillar a balazos al serbio Frederic Goran Stavric, porque debía $us 200.000 a una mafia colombiana por un envío de droga.
Aguilera indicó, que la organización criminal a la que pertenecía Frederic envió a Bolivia a un emisario extranjero identificado por el sobrenombre de ‘Ruso’ para que contrate a los tres hermanos; Brayan, Alan y Juan Carlos Gómez Montero y a Arnoldo Saucedo, este último detenido.
“Los secuestradores enviaban la foto de la víctima al número de su expareja, Rocío A. M., para demostrarle que aún estaba con vida y pedían que Diego se entregue a cambio del rescate”, detalló el jefe policial.
La expareja de la víctima fue arrestada porque sabía del plagio y no lo denunció. Ayer, el juez Martin Camacho envió preventivamente a la cárcel a Saucedo.
Mauricio Rivera Landívar estuvo secuestrado por 50 días. La alerta de un albañil permitió que los policías lo rescaten
Querían venganza. Una organización criminal secuestró, durante 50 días, al hermano de un boliviano que asesinó en 2014 en Perú, al capo narco Frederic Goran Stavric, de origen Serbio, quien estaba prófugo de la justicia de Bélgica y Brasil por su frondoso antecedente marcado por sicariatos, robos a bancos, tráfico de armas y de sustancias controladas.
El plagiado se dio modos para escribir en una hoja, con una llave, un mensaje de auxilio y el número de su exmujer. Luego metió este papel en una media y la lanzó al lote contiguo, donde trabajaba un albañil de 28 años, que denunció el ilícito.
Los grupos especiales de la Policía realizaron una operativo y rescataron a la víctima. Además, aprehendieron a uno de los raptores, identificado como Arnoldo Saucedo Rueda (42), quien se encargaba de vigilar y alimentar al secuestrado.
Plagio por vendetta
El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de Santa Cruz, Jhonny Aguilera, explicó que una sed de venganza motivó el secuestro de Mauricio, pues, por su rescate los raptores pedían que se entregue su hermano, Diego Rivera Landívar, que es buscado por un asesinato en Perú, el 6 de julio de 2014.
Diego y el peruano Roy Roger Oroche García fueron los encargados de acribillar a balazos al serbio Frederic Goran Stavric, porque debía $us 200.000 a una mafia colombiana por un envío de droga.
Aguilera indicó, que la organización criminal a la que pertenecía Frederic envió a Bolivia a un emisario extranjero identificado por el sobrenombre de ‘Ruso’ para que contrate a los tres hermanos; Brayan, Alan y Juan Carlos Gómez Montero y a Arnoldo Saucedo, este último detenido.
“Los secuestradores enviaban la foto de la víctima al número de su expareja, Rocío A. M., para demostrarle que aún estaba con vida y pedían que Diego se entregue a cambio del rescate”, detalló el jefe policial.
La expareja de la víctima fue arrestada porque sabía del plagio y no lo denunció. Ayer, el juez Martin Camacho envió preventivamente a la cárcel a Saucedo.
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