El 19 de marzo celebramos el Día del Padre. En Bolivia se
instituyo bajo la presidencia del General Hugo Suárez, se fijó esta fecha: por
dos razones fundamentales:
Una: Porque todos los pueblos civilizados, rinden cálido
homenaje a uno de los pilares más firmes sobre los que asienta la sociedad y el
principal sostén de la familia; para lo cual tienen un día fijado en sus
respectivos calendarios, así como para nosotros, es el 19 de marzo.
Día del Padre en Bolivia, Otra razón: Se ha querido,
significar esta fecha, como país irrenunciablemente católico, asociándolo con
la fecha en que se recuerda el día de San José, padre de la cristiandad
alineada a la Iglesia Católica Apostólica y Romana.
No es exagerar las virtudes del padre, magnificando la labor
fecunda que cumple; tanto como sostén de la familia y como guía y respeto para
el hogar. El padre, es quien en forma dura y cotidiana, trabaja para subvenir
la mayor parte del presupuesto familiar, Él es quien da normas de trabajo, de
respeto y moralidad en el hogar.
Es el centinela de la familia: Nos proporciona en forma
solícita la alimentación; cuida infatigablemente de nuestra salud; se esmera
por nuestra educación, y finalmente es el artífice de nuestra reputación moral.
Es la brújula que siempre nos señala el norte a seguir. Sin él, el hogar
navegaría a la deriva, como un barco echado a la mar embravecida o cualquier
otra nave sin radar y castigada por el tifón y la tormenta.
Los hijos debemos ser los primeros en evitar que la familia
se disgregue; debemos coadyuvar a la noble y cariñosa tarea de la madre, de
atraer al papá y no mirarlo como una simple máquina de trabajo que,
aceleradamente debe rendir para sostenernos o como una impresora de dinero,
para satisfacer nuestras necesidades y deseos; para que así, a nuestros
hogares, nunca se asome, ese fantasma que, como flagelo social, cada día azota
más a nuestra sociedad y se lo conoce con el nombre de divorcio, que es quien
deja hogares sin padre madres sin esposo; niños sin pan y sin techo, etc. Ante
este retroceso de la civilización, nuestra Iglesia, con su sabiduría
sempiterna, ha dicho su última palabra:
“Lo que Dios unió, el
hombre no puede separar”.
Ojala, que este día dedicado al padre boliviano, no sea
solamente para felicitarlo, que sea, también, para reflexionar y crear
conciencia, preparándole días mejores para su ancianidad, que nuestro
comportamiento de hijo sea correcto y sirva para unir y jamás para disgregar a
la familia.
Abracemos con cariño y respeto al padre, los que tengan la
suerte de conservarlo vivo todavía; pues él es nuestro mejor amigo y no
encontraremos otro igual en la vida. Y los que tuvieron la fatalidad de
perderlo muy temprano, lleven a su tumba las flores del recuerdo rociadas de
sinceras lágrimas, como él muchas veces lloró angustiado por el presente y el
futuro de ustedes.
Día del padre, el radialista y carpintero
El 19 de marzo es un día especial en el país con múltiples
festejos, empezando por el padre, el ser que aplaude los primeros logros del
niño, la figura que orienta a distinguir el bien y el mal al adolescente, la
autoridad que pone límites a los deseos del joven y, a la hora de la madurez,
el amigo y consejero infaltable.
Es también el día del radialista, una actividad peculiar del
profesional que acompaña a los hogares en los momentos de tedio. En una
sociedad vertiginosa, en la que importan más las formas que el contenido, el
locutor tiene una gran responsabilidad social en la educación de la comunidad.
Finalmente, es el día del carpintero, uno de los oficios más
antiguos de la humanidad y una tarea reservada a pocos que gustan del arte
manual. Cada vez son menos estos artesanos que llevan la imagen de San José
como patrono.
A todos ellos felicidades, porque constituyen la base de esta
sociedad a la que ayudan a construir día a día.
El Día del Padre en
Bolivia
Todo acontecimiento de cualquier índole, sea religioso,
social, cívico – histórico, hasta folklórico y tradicional en nuestro país
tiene su justificativo y es lógico que exista celebración, homenaje o
reconocimiento a cierto hecho que rememore, costumbres, tradiciones,
contribuciones de personajes en la historia o las fechas bien definidas del
calendario de la fe cristiana.
Entre esas fechas existía una celebración especial dirigida
a recordar a San José, el carpintero de Galilea y el Padre adoptivo de Jesús,
por tanto esa fecha marcada en 19 de marzo tenía y aún tiene connotaciones
especiales para su celebración, especialmente entre los obreros de la madera,
como se denomina a los ebanistas y carpinteros.
Pero fue recién en el año 1958, cuando por impulso de un
empresario privado, Don Víctor Handal Salame se impuso la celebración del Día
del Padre como un elemento simbólico de recordación a un Ser importante que es
la base del hogar y que se lo reconoce como el Padre… de familia.
Todo comenzó con una promoción específicamente comercial,
tentando en una primera instancia a las mamás y a los hijos mayores a
homenajear al papá con un regalo en el Día de San José, que se convertiría desde
entonces en el Día del Padre. Varios años se habló del Día del Padre, pero la
reacción fue de duda y hasta de rechazo a la iniciativa de saludar a un
componente básico de la familia, el Padre.
Una intensa campaña más adelante cumplió el cometido de concienciar
a la familia para que el Padre también tuviese su día y así, aunque sin las
características oficiales de Estado, se impuso el Día del Padre, que se cumple
cada 19 de marzo y que por esos efectos del marketing año que pasa tiene las
mismas connotaciones comerciales que también se aprecia por ejemplo en el Día
de la Madre o el Día de la Amistad, inclusive en el Día de San Roque con
predominio mercantil.
Sin embargo, por encima de esa condicionante del mercado el
Día del Padre sirve para comprender y responder al deseo de la mayoría de los
niños y jóvenes que tienen derecho a tener un papá y su mamá. Ese binomio sin
el cual no hay perfección natural de hacer familia.
Ahora bien ser Padre no es simple y llanamente engendrar es
mucho más que eso, es dar vida total, esfuerzo, capacidad y sobre todo ejemplo
a hijos e hijas para que a su vez respondan al gran reto de seguir haciendo
familia incrementando los eslabones de la cadena humana, como Dios lo dispuso.
Al haberse conmemorado en la jornada pasada el Día del
Padre, incluimos fragmentos de "La oración de un Padre", de la
autoría del General Douglas MacArthur, cuando dice: "Dame, Señor, un hijo
lo bastante fuerte para saber cuándo es débil y lo bastante valeroso para
enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo; un hijo que sea orgulloso e
inflexible en la derrota honrada y humilde y magnánimo en la victoria, pero
además dale humildad para que pueda recordar siempre la sencillez de la
verdadera grandeza, la imparcialidad de la verdadera sabiduría, la mansedumbre
de la verdadera fuerza… Entonces yo, su padre, me atreveré a murmurar: No he
vivido en vano".
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