Las autoridades mexicanas elevaron este domingo el nivel de alerta para el volcán Popocatépetl (centro), ante una creciente actividad que podría afectar la aviación y a poblaciones incluso alejadas por el lanzamiento de fragmentos.
Un día después de que las operaciones en el aeropuerto de
Ciudad de México tuvieran que ser suspendidas temporalmente por la caída de
ceniza, Protección Civil anunció que el nivel de alerta pasa de "amarillo
fase 2 a amarillo fase 3".
Se trata del nivel previo al rojo de alta peligrosidad,
dividido también en dos fases, explicó la coordinadora del organismo, Laura
Velázquez, en rueda de prensa.
El Popocatépetl, cuyo proceso eruptivo se reactivó en
diciembre de 1994, se ubica en los límites de los estados de México, Morelos y
Puebla. La capital de Puebla -del mismo nombre- amaneció este domingo cubierta
de una capa gris, observó un reportero de la AFP.
Durante la nueva fase se prevé una "actividad eruptiva
de explosividad a baja intensidad", por lo que pueden esperarse
"explosiones leves a moderadas que lancen fragmentos en el entorno del
cráter", lluvia de ceniza en poblaciones aledañas y en algunas ciudades
lejanas y "riesgo para la aviación".
También podría haber "crecimiento importante de domos y
posibilidad de expulsión de magma", así como "explosiones importantes
de intensidad creciente que lanzan fragmentos a distancias considerables",
advirtió Velázquez.
El incremento de la alerta, que se produce por recomendación
de un comité científico, obliga a autoridades y organismos de socorro a
preparar personal, equipos de evacuación y albergues ante una eventual
emergencia.
Asimismo, las autoridades tendrán que adoptar medidas para
evitar afectaciones por caída de ceniza y fragmentos materiales.
Decenas de albergues ya fueron habilitados en la zona
cercana al volcán, que desde la noche del pasado viernes incrementó su
actividad con exhalaciones y explosiones moderadas, acompañadas de emisión de
ceniza y fragmentos incandescentes en las cercanías del cráter.
El sábado fueron suspendidas temporalmente las operaciones
en el Aeropuerto Benito Juárez de Ciudad de México y en el Aeropuerto
Internacional Felipe Ángeles, ubicado en Zumpango y que también sirve a la
capital.
El Benito Juárez, que en 2022 movió 46,2 millones de
pasajeros, cerró durante poco más de cinco horas, lo que obligó a modificar
itinerarios.
El Popocatépetl es monitoreado permanentemente ante el
riesgo que representa su actividad para la población que vive en zonas
cercanas.
Agencias
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