El presidente electo de Paraguay, Santiago Peña, dijo que tiene por delante "un país que reconstruir" en un mensaje este martes tras ser proclamado oficialmente por la justicia electoral ganador de los comicios del 30 de abril, en un acto del que se ausentó la oposición.
"Con la bendición de Dios y la cooperación generosa de
todos los paraguayos y paraguayas tenemos por delante un Estado que recuperar y
un país por reconstruir. Los paraguayos no podemos esperar más tiempo para
alcanzar una sociedad próspera y con justicia social", remarcó Peña,
economista de 44 años, luego de recibir su certificado que le acredita como
vencedor de los comicios para elegir al jefe de Estado de los próximos cinco
años.
Peña debe asumir el 15 de agosto en sustitución de Mario
Abdo Benítez, perteneciente a su mismo nucleamiento político, el Partido
Colorado.
El tribunal electoral había convocado para este martes a
todos los cargos que fueron elegidos en las elecciones de abril, entre ellos
gobernadores, senadores y diputados, para recibir sus certificados, pero solo
asistieron los representantes del Partido Colorado.
La elección de Peña fue cuestionada por la oposición. Un
sector denunció fraude y protestó durante 16 días consecutivos frente a la sede
de la justicia electoral. Las manifestaciones dejaron como saldo más de 200
detenidos.
El líder de la tercera fuerza, el "antisistema"
Payo Cubas, que en principio no reconoció los resultados, continúa preso en un
cuartel policial de Asunción acusado de cinco cargos, uno de ellos por
"perturbación de la paz pública".
Peña obtuvo 1.291.209 votos (42,7%) contra 830.302 (27,3%)
de su rival del partido Liberal, Efraín Alegre, en tanto Cubas sumó 692.429
votos (22,9%). En los comicios votó el 65% de los electores (4,8 millones de
inscriptos sobre una población de 7,5 habitantes).
El proceso electoral fue controlado por observadores de la
Unión Europea y de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que declararon
los comicios como transparentes.
Peña resaltó que la democracia es un modelo de convivencia
pacífica y señaló que "las naturales controversias humanas se resuelven en
el ámbito civilizado del derecho" y que "en el otro extremo, solo nos
aguardan el caos, la anarquía, la violencia y la destrucción", en alusión
tácita al movimiento de Cubas.
Este proclamó en un principio el "derecho a la
rebelión" que consagra la Constitución pero luego desde la cárcel pidió a
sus partidarios aceptar los resultados de la votación.
Agencias
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