El edificio de la Asamblea Legislativa está construido sobre 44.000 metros cuadrados, tiene 26 pisos y costó Bs 473,2 millones toda su edificación, sin embargo, semejante inversión no logró la instalación de un sistema de votación electrónica como sucede en otros edificios legislativos de países vecinos.
La noche de este martes, nuevamente no hubo forma de
contabilizar la cantidad de votos para salvar o censurar al ministro de Obras
Públicas, Édgar Montaño, quien había acudido a la sesión después de casi un año
de pedir postergaciones por el caso de Boliviana de Aviación (BoA).
Por más de una hora el vicepresidente, David Choquehuanca,
intentó que la votación sea lo más transparente posible, e incluso invitó a los
asambleístas a bajar al atrio principal y que vayan subiendo para tener un
conteo fidedigno.
Fuel el diputado evista, Gualberto Arispe, quien puso en
evidencia la falta de recursos y dijo que el artículo 107 del reglamento de
debates de la Asamblea solo permite cuatro tipos de voto: por signo, de manera
nominal, electrónicamente o por escrutinio. “Díganme en qué parte de este
reglamento dice que debemos bajar al atrio”, lanzó el diputado evista.
La Asamblea debía definir el destino del ministro Édgar
Montaño y tenía dos posibilidades: el orden del día puro y simple, que
significa que el ministro sale airoso de la interpelación; y el orden del día
motivado, que significa la censura y la consecuente destitución de la
autoridad.
De acuerdo con las listas oficiales, hubo 116 diputados
presentes y 28 senadores, haciendo un total de 144 legisladores. El reglamento
de debates indica que la Asamblea solo puede tomar esas dos decisiones, el
orden del día puro y simple o el orden del día motivado, no figura una tercera
opción. Sin embargo, el vicepresidente encontró la fórmula ideal, no existe dos
tercios para ninguna de las dos opciones y por tanto, se concluye la sesión sin
ninguna determinación.
Por el orden del día puro y simple votaron 45
parlamentarios, por tanto 99 votaron en contra de Édgar Montaño; pero el
vicepresidente dijo que para el orden del día motivado debía haber dos tercios
y sometió a votación esa posibilidad. Fue ahí que empezaron los problemas.
“Colaboremos, todos los que votan sí a la censura pueden
bajar aquí al centro y de ahí empiezan a subir y podemos contar”, sugirió el
segundo mandatario del país. En ningún momento, ninguno de los parlamentarios
del oficialismo u oposición sugirió el uso del voto electrónico que debía tener
este moderno edificio.
Hasta el momento van como cuatro interpelaciones que se
realizan en este hemiciclo y en ninguno hubo el voto electrónico, toda votación
fue manual, los asambleístas levantan la mano y los secretarios, y hasta los
funcionarios, cuentan manualmente las manos levantadas.
El Deber
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