Ante caída del precio del barril de petróleo las instituciones públicas de Tarija ya piensan en ajustar algunos programas y proyectos, en el entendido de que el presupuesto se verá afectado, tanto de la fuente de ingresos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) como por la Coparticipación Tributaria.
YPFB
Uno de los primeros en referirse al tema fue el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Herland Solíz. A través de su cuenta twitter indicó que la caída del crudo se refleja en una disminución del 42 por ciento del Presupuesto Operativo Anual de la empresa estatal.
En esa línea, escribió que este efecto se sentirá en el país dentro de cuatro meses. El margen de tiempo se debe al pago de la renta petrolera que se da en los primeros tres meses y a los contratos con Brasil y Argentina que están indexados al precio del petróleo, pero tienen una fórmula que permite una bajada menos abrupta. Ante esa situación, dice que se aplicará medidas de austeridad y se aprovechará el ahorro que se generará en la importación de los combustibles.
Tarija
Por su parte, el secretario Ejecutivo del municipio de Tarija, Diego Ávila, recordó que el presupuesto general del Estado se aprobó con un precio de barril de petróleo a 62 dólares, pero en la actualidad hay una caída importante y sus efectos se los sentirá aproximadamente en junio, porque hay un rezago de aplicación en la liquidación.
Esa es una preocupación porque habrá un efecto en el ingreso del IDH, pero también en los recursos de Coparticipación Tributaria, entonces, afectará los recursos de todos los municipios del país.
En ese sentido, el funcionario sostuvo que es el momento de generar un fondo de estabilización, porque no habrá ninguna institución que pueda frenar este fenómeno. La situación se complica más ante una crisis sanitaria que demanda una serie de gastos que no estaban previstos, pero que se los tiene que hacer sin discusión porque está en juego la vida de las personas.
Ávila indicó que como Alcaldía tomarán precauciones, ya se analiza con detenimiento qué proyectos o programas se pueden paralizar en su momento. No quiere anticiparse, pero sabe que todo indica que la situación internacional no es algo que se solucionará de la noche a la mañana, tal vez tenga su impacto por el resto del año en el IDH del país.
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