Se destinan unos $us 1.000 millones para importar gasolina y
diésel. El Ejecutivo considera que la compra de petróleo reducirá los costos
entre un 30% y 40%. En enero los ingenios entregaron a YPFB cerca de 10
millones de litros de etanol.
Solventar los cerca de $us 1.000 millones que se destinan
para la importación de combustible líquido subsidiado (gasolina y diésel) es,
cada vez, más insostenible para el Estado. Para ello, desde el Ministerio de
Hidrocarburos adelantaron que importarán petróleo y, a su vez, fortalecerán la
producción de biocombutibles obtenido de la transformación de caña y sorgo.
Víctor Hugo Zamora, ministro de Hidrocarburos, sostuvo que
no se puede seguir con la subvención cuando se cuenta con distintas
alternativas que pueden reducir los recursos que destina el país para la
importación de carburantes.
Zamora detalló que la política de Estado, en cuanto a la
reducción de la subvención, tiene dos componentes. El primero, está referido a
la importación de petróleo, considerado más barato, para su posterior
refinación en las refinerías bolivianas, pues a su criterio las mismas tienen
una capacidad de producción ociosa de entre un 50% y 60%.
La autoridad sostuvo que con esta medida esperan una
reducción de los gastos entre un 30% y un 40%. Cuando se le consultó sobre los
volúmenes de compra y el mercado al que se recurrirá, Zamora precisó que son
puntos que aún se están analizando.
Sobre el tema, Carlos Delius, ex presidente de la Cámara
Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE), indicó que la idea de importar
crudo es buena, pero para que realmente funcione se debe trabajar en la
logística de transporte, pues la actual (barcazas, tren y camiones) es obsoleta
y cara.
Delius subrayó que para el ingreso del combustible se debe
usar tuberías y que no importa el país de origen del producto, dado que el
petróleo es un commodity.
“Lo que importa es saber la logística de transporte y la
calidad del crudo, dado que nuestras refinerías son bien básicas por lo que es
importante que el petróleo que se compre sea de muy buena calidad”, sostuvo
Delius.
El segundo componente para reducir la importación de
combustible líquido es fortalecer la oferta de biocombustibles mediante la
firma de contratos con los ingenios sucroalcoholeros.
Combustibles alternativos
Justamente para fortalecer el segundo punto, en las
dependencias del Ministerio de Hidrocarburos de Santa Cruz, Zamora anunció los
principios de acuerdo con los empresarios e industrias que apostaron por el
etanol.
Cristóbal Roda, presidente del Ingenio Sucroalcoholero
Aguaí, destacó el nuevo escenario y aseguró que seguirán apostando por los
biocombustibles, similar opinión tuvo Mariano Aguilera, presidente de la
industria Guabirá.
Los empresarios destacaron que en enero hubo una entrega
récord de etanol a YPFB que bordeó los 10 millones de litros de etanol, algo
que incentiva y levanta el interés del sector para seguir apostando por el
proyecto.
Se conoció que durante la cita se compartió información de
la liquidación de deudas al sector y el compromiso de compra de 225 millones de
litros de alcohol anhidro este año.
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