“Visitamos algunos centros y asumimos como primera tarea, consolidar la contratación del personal; porque comprendimos que el equipo humano hace mucho en el trabajo que se tiene que realizar, principalmente por el servicio que brindamos para lograr el bienestar de las niñas, niños, los adultos mayores del asilo y de las personas que de manera transitoria están en los albergues”, acotó.
Este trabajo fue calificado de muy delicado y de mucha responsabilidad; por esta razón, asumió el compromiso de intensificar la labor de conformar un equipo profesional que sea el brazo operativo de la institución, en la misión de lograr el bienestar de las personas en situación de protección. El objetivo principal es brindar el mejor servicio posible y una atención integral a las personas de los hogares.
Presupuestariamente, de acuerdo a Garzón, la institución cuenta con los recursos necesarios para garantizar la alimentación, la educación y la manutención de las niñas y los niños en condición de protección; como del mismo modo, tiene aseguradas las prendas de vestir, los alimentos, el cobijo y el cuidado necesario para los adultos mayores que viven en el asilo San Ramón y San Joaquín.
“También asumimos la responsabilidad de brindar a la niñez de nuestros hogares el material escolar, el uniforme y todo lo necesario para que puedan asistir a las unidades educativas, porque los niños son los que menos pueden ser perjudicados por los cambios. Encontramos a todas las niñas y todos los niños en muy buenas condiciones de salud, contentos, bajo el cuidado de las tías”, concluyó.
Finalmente, comunicó que el equipo multidisciplinario trabaja también en el ámbito de restitución de varios niños y adolescentes a sus familias, toda vez que trabajan bajo un enfoque del derecho a vivir en familia. Todo esto tomando en cuenta y respetando los estándares de calidad de centros de acogida, rutas, protocolos y guías metodológicas para la restitución del derecho a vivir en familia.
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