Más de 100 opositores fueron liberados el sábado tras ser
detenidos por la policía, que los reprimió con violencia cuando se disponían a
protestar contra el gobierno de Nicaragua. Entre ellos, figuran dos delegados
de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) en el
diálogo abierto a fines de febrero con el gobierno para buscar una salida a la
crisis que vive el país.
"Nicaragua pide libertad, justicia, elecciones
adelantadas, pide poder marchar sin ser reprimidos", declaró al salir de
la cárcel la abogada Azáhalea Solís, delegada de la ACJD en la mesa de
negociaciones.
Los detenidos salieron de la cárcel en dos autobuses
ondeando banderas de Nicaragua por las ventanas mientras coreaban "no
tenemos miedo", según imágenes de la televisora independiente canal 10.
En el trayecto hacia la sede de la Federación de
Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (FAGANIC), donde fueron entregados a sus
familias, varias personas salieron a las calles a saludar el paso de los buses
con la bandera nacional, convertida en símbolo de protesta contra el gobierno
de Ortega, un exguerrillero de 73 años que gobierna desde 2007 y es acusado por
la oposición de instaurar una dictadura.
El dirigente estudiantil Max Jerez, miembro de la ACJD,
denunció que fueron "detenidos por fuerzas policiales y brutalmente golpeados".
"Los policías nos agredieron como si fuéramos cerdos, nos tiraron a las
tinas de las patrullas y nos dieron un trato brutal (...) Esto es un dictadura
y hay que acabar con eso", protestó la exguerrillera Mónica Baltodano, que
también fue detenida.
El dirigente empresarial miembro de la ACJD, José Aguerri,
señaló que manejaban una lista de 160 arrestos sólo este sábado, aunque la
Policía Nacional dijo en un comunicado que detuvo a 107 personas por intentar
manifestarse contra el gobierno.
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