El pasado 13 de abril, Los Tiempos develó un audio y un
reporte de inteligencia sobre un presunto tráfico de cocaína a EEUU vía Panamá
que involucraba a altos jefes policiales. La información desató una de las
investigaciones más amplias y complejas dentro de la Policía y mostró la
profunda penetración del narcotráfico en la institución del orden, a tal punto
que se ordenó reestructurar toda la entidad.
El Deber
Este caso provocó la destitución y encarcelamiento de los
entonces jefes policiales de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen
(Felcc) de Santa Cruz, Gonzalo Medina y Fernando Moreira, además fue el posible
motivo del cambio de mando del excomandante general de la Policía, Rómulo
Delgado.
Este hecho puso al desnudo la relación estrecha de un grupo
de efectivos policiales con un capo del narcotráfico, Pedro Montenegro, además
de una serie de irregularidades y de protección que van desde designaciones,
condecoraciones al narcotraficante, borrado de antecedentes de los archivos de
la Interpol e incluso obviar instructivos de orden de captura internacional,
toda vez que Montenegro era requerido por la justicia de Brasil por tráfico de
1,3 toneladas de cocaína a esa nación.
La orden de extradición data de 2015, tras la operación
Monte Pollino, que desarticuló en Brasil un red internacional de narcotráfico,
a la que estaba vinculado Montenegro.
En el caso fue clave la difusión de un audio de la
conversación entre el excomandante de la Policía Rómulo Delgado, relevado del
cargo de manera sorpresiva a principios de abril, con el director nacional de
la Felcn, Maximiliano Dávila, en el que hacen referencia al informe sobre este
tema.
El pasado 7 de mayo, la Fuerza Especial de Lucha Contra el
Narcotráfico (Felcn) informó que investigaba a Medina hace al menos un año. Los
reportes de Migración señalan que Medina y Moreira viajaron por rutas
vinculadas al narcotráfico internacional 11 veces desde 2017. Al menos una de
esas salidas la realizaron con el narco Montenegro, como se revelaron en
fotografías de un viaje de placer a Colombia, en las que figuran Moreira, su
esposa Esther Arteaga y el hijo de Medina, Robin Justiniano, entre otros. Se
estableció que, desde 2017, Medina realizó viajes a Brasil, México, Colombia y
Panamá, tiempo en el que presuntamente transportó 400 kilogramos de droga.
La investigación mostró que no sólo policías, sino también
autoridades judiciales y empresarios, tenían vinculos con esta red, que
presuntamente lidera el colombiano Enrique Villarreal Quintero, hoy con
paradero desconocido. El escándalo mostró también las pugnas de poder dentro la
Policía, donde dos o tres grupos se disputan los ascensos a generales y altos
mandos.
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