El programa Gran Chaco Proadapt, sobre cambio climático,
lanzó una alerta por la presencia de la plaga de langosta voladora en el Chaco
Americano. Ya se tiene presencia de este insecto en países vecinos que
comparten frontera con Tarija-Bolivia, por lo que hay un monitoreo trinacional.
El País
Según la alerta lanzada por esa institución, Paraguay se
encuentra en alerta roja, naranja en Formosa-Argentina, y alerta para el resto
del Chaco Americano.
En el caso de Bolivia, el responsable de Salud Vegetal del
Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag),
Never Mejía, explicó a este medio que su institución mantiene una coordinación
con sus pares de Paraguay y Argentina, en el sentido de hacer un monitoreo ante
la presencia de estos insectos.
Manifestó que conoce que la langosta voladora estaba por la
parte de Boquerón, en el vecino país Paraguay. En ese sentido, manifestó que se
mantiene una vigilancia al respecto, por lo que también pide a la población que
notifique al Senasag si evidencia la presencia de este insecto.
Sucede que este tipo de langosta se traslada en manga y se
moviliza hasta una distancia de 100 kilómetros.
La pasada semana, en Villa Montes, se desarrolló un taller
informativo internacional sobre el manejo de la langosta voladora. El objetivo
era informar sobre la situación actual de la plaga a nivel nacional y regional.
Las langostas presentan dos generaciones por año y
experimentan cambio de fases (gregaria y solitaria) que las hace ser un peligro
potencial de plaga. Son influenciados por factores meteorológicos como la
temperatura, la precipitación y la radiación solar que inciden en su
distribución, tasa de crecimiento, reproducción, migración y adaptación.
En sí necesitan una temperatura mínima de 15,3 grados
centígrados y una máxima de 38.5, requerimientos que tiene el Chaco y Bermejo,
dos municipios del departamento de Tarija.
La langosta en fase gregaria es considerada como muy
agresiva, tiene un alto potencial reproductivo y se alimenta en grupos.
Permanecen unidas en bandas y su alimentación no está limitada por una especie
vegetal específica, es una plaga voraz que consume en 24 horas cinco veces su
peso, por lo que una manga de 3.000.000 langostas llega a consumir hasta 30
toneladas de vegetación; esto aunado a que logra desplazarse hasta 20 kilómetros
por hora.
Su comportamiento es cíclico, se presenta en poblaciones
altas cada tres o cuatro años y están ligadas esencialmente a las condiciones
meteorológicas, físicas y bióticas que regulan su población.
En Bolivia, desde el 2017 se registró una masiva presencia
de langostas voladoras que afectaron la producción agrícola, sobre todo en
municipios de Santa Cruz.
En febrero de este año, pobladores de Charagua y Boyuy
reportaron la presencia de langostas voladoras de la especie Schistocerca
cancellata, aparentemente llegadas desde Paraguay.
En ese entonces, el director del Servicio Nacional de
Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), Javier Suárez, confirmó
que se trata de la misma especie que ya ingresó en 2017 al país, situación por
la que el Gobierno creó el Programa Nacional contra Langosta Voladora, además
de establecerse sistemas de información y coordinación con Paraguay.
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