Agencias
Los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y Rusia,
Vladimir Putin, expresaron ayer aquí sus divergencias en materia de derechos
humanos, en particular sobre las protestas que tienen lugar en ambos países.
En declaraciones a la prensa antes de comenzar el diálogo
enmarcado en la visita de trabajo del líder ruso al Fuerte de Bregançon, el
mandatario anfitrión introdujo el espinoso tema con una sutil acusación de que
en Rusia no se respetan principios democráticos como la libertad de expresión,
opinión y manifestación, ni el derecho a presentarse a elecciones.
Putin evitó en un primer momento el debate, pero una
pregunta de la prensa acreditada en la instalación bañada por el Mediterráneo
lo llevó a fijar postura acerca de las movilizaciones antigubernamentales de
los últimos días en Moscú, la actual punta de lanza de occidente y sus medios
contra el Kremlin.
De acuerdo con el jefe de Estado, de cara a los comicios
para la Alcaldía moscovita -el supuesto motivo de las protestas- este año
muchas menos personas han sido vetadas para participar que en 2014, y las
razones son bien justificadas, al tratarse de violaciones como la falsificación
de firmas.
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