Fue 1-1 con Cerro Porteño, tras el
2-0 en el Monumental. En semifinales habrá duelo con Boca.
El domingo, por Superliga, es
cierto. Pero también por Copa Libertadores. En semifinales, como en 2004. La
ida será en los primeros días de octubre y la vuelta en los finales. La ida se
jugará en el Monumental y luego en la Bombonera. ¿Cortará la racha el equipo de
Alfaro y se podrá desquitar? ¿Eliminar a Boca de visitante será otro hito de
Gallardo con su River ganador?
El del domingo será un
aperitivo con muchos condimentos. Una prueba. Después, se hablarán horas y
horas y se volverán a vivir días de angustia y zozobra porque, hay que decirlo,
se sufre más de lo que se disfruta. Será, en definitiva, el mejor espectáculo
que puede presentar Sudamérica. Y tiene que ser en paz, claro.
Boca esperó paciente a River desde la comodidad que le
ofreció la igualdad del miércoles ante Liga de Quito. Y el conjunto de Núñez
debió sufrir para empatar 1-1 con Cerro Porteño y pasar de ronda.
Le costó a River lo que se
sabía que le iba a costar. Lo había anticipado el propio Marcelo Gallardo
minutos después de la victoria en el partido de ida en el en el Monumental.
Ímpetu, pelotas largas, segundas jugadas y centros al área. Eso fue Cerro
Porteño en la calurosa tarde de Asunción. Y eso fue lo que no pudo
contrarrestar River, por eso sufrió el juego, especialmente en la primera
parte.
Marcelo Gallardo es el mejor técnico de los que trabajan en
Argentina. La mayoría de las veces se lo elogia con justicia. Pero este jueves
falló. La circunstancia le pedía a gritos el ingreso del chileno Paulo Díaz.
Porque River perdió siempre en el juego aéreo. De cabeza fue el gol tempranero
de Nelson Haedo Valdez, que le sumó energía al elenco que conduce Miguel Russo.
Lucas Martínez está lento y no tiene buen despegue y el local Robert Rojas no
alcanza los 180 centímetros. Esos fueron los centrales de River. Un detalle:
Pachi Carrizo le ganó un cuerpo a cuerpo a Rojas y solo no fue el 2-0 porque
Franco Armani se agranda en las jornadas de Libertadores.
Se presumía un segundo tiempo de sufrimiento para River, que
salió con mayor determinación para buscar el gol que defina la serie. Y lo
encontró rápido en una jugada que se inició con un anticipo defensivo de Rojas,
que mejoró en el complemento. La estadía del conjunto argentino en Paraguay
tuvo como protagonista estelar a Nicolás De La Cruz y fue el propio uruguayo el
que marcó el empate con un remate furioso que se clavó en el ángulo de Juan
Pablo Carrizo.
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