Por Luis Ernesto Ortega Trujillo
El tráfico de animales, es el tercer negocio más lucrativo del mundo, sólo superado por el de armas y las drogas. Miles de especies exóticas se trafican desde países en vías de desarrollo, en nuestro país un tema, sin la importancia debida, tanto por las autoridades como por los medios de comunicación.
La biodiversidad que tenemos convierte al país en uno de los centros de tráfico de animales más grande y frecuente en el mundo, donde las víctimas son animales sometidos a las diversas formas de crueldad en su captura y cautiverio, llegando al extremo de poner en riesgo de extinción algunas especies.
Loros, jaguares, tortugas y monos son las principales víctimas en este mercado, en los departamentos de Santa Cruz, el norte de La Paz y Beni, los traficantes ponen en riesgo a estas especies, las cuales se ven desprotegidas y destinadas a la extinción, por la ambición al dinero.
Los animales silvestres que son víctimas, tienen distintos destinos, como animales de entretenimiento en circos, mascotas en domicilios particulares, a museos como trofeos de caza, centros de medicina tradicional y como ingredientes de platillos exóticos.
Por su parte, Sarah Martínez / Brújula Digital-ANF De los más de 190 países que tiene la Tierra, sólo 17 son considerados “mega diversos”; es decir, son dueños de una gran proporción de la biodiversidad biológica (animales y plantas) que habita el planeta. Bolivia es uno de los privilegiados, con unas 3.000 especies de vertebrados (mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces); 20.000 especies de plantas y miles de invertebrados, entre los que están incluidas una de las mayores variedades de mariposas del mundo.
En consecuencia, en los últimos años se reportaron casos en el país de caza y venta indiscriminada de colmillos de jaguar, por parte de ciudadanos chinos, un dato preocupante, es que hasta los insectos: mariposas o escarabajos de varios tipos que, según el estudio tráfico ilegal de vida silvestre, editado por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, se estima que por lo menos 120 especies son traficadas en el país; muchos de esos ejemplares son llevados a países vecinos y algunos cruzan el mundo para llegar a países como Estados Unidos, Europa o Asia.
En Bolivia se han presentado distintas situaciones de animales que tocaron la sensibilidad de la población como: el de un zorro llamado “Antonio” (Oruro), el cual fue criado en cautiverio, o el del tucán “Tuki Tuki” (Roboré) que sufrió un ataque salvaje por la necesidad de alimentarse, por personas inescrupulosas.
Existen miles de historias de animales los cuales viven esta situación, actualmente sacados de su habitad o de otra manera obligados a migrar por el daño que generamos en su ecosistema, con incendios considerados nunca antes vistos.
Es necesario que las nuevas y actuales generaciones tomen aún más conciencia y no solo eso sino acciones, abandonar ese egoísmo que parece permanecer, llegamos a pensar que el planeta es nuestro y nos olvidamos que solo formamos parte de él, es ahora el momento que debemos crear conciencia, denunciar en caso ser testigo de abuso o rapto de algún animal, ayudar de la manera que sea posible a estos refugios y activistas que tratan de hacer la diferencia, el momento es ¡ahora!
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