Lic. Judith Noelia Ramos León
Se tienen que volver a escribir la historia de toda la América Latina, que son todos los países que hablan lenguas derivadas del latín (español, francés, holandés y portugués) ¿Por qué? Sencillamente porque la versión que hoy se enseña en la educación primaria, secundaria y universitaria, responde a una versión oficial, euro-centrista, inventada y manipulada al extremo.
Uno se pregunta: ¿será aquella transcripción la historia de los pueblos americanos? Por supuesto que no, esto es obvio. Es la historia de quienes llegaron e impusieron por la fuerza su propia versión, anteponiendo la cruz y la espada, tratando de justificar la invasión latina como liberadora, civilizadora y salvadora.
Este episodio es de seguro muy atrevido e incómodo para muchos, entre ellos, académicos que vienen repitiendo y enseñando la versión oficial. Fueron varios los intentos que hicimos de poder aclarar este tema y la urgencia de empoderar al pueblo de una nueva propuesta que responda a la realidad.
Lo dijimos, cuando Francisco Pizarro pone sus pies en nuestra tierra en 1532, estaba acompañado de Francisco Xerez, quien registró la llegada de los españoles a detalle. Tildado en España como “hombre bajo, vil y de poca suerte”, acompañó a Pizarro como escribano en todos sus viajes, adulándolo y registrando la invasión, destruyendo la versión de las culturas nativas, a cambio de mucho oro y plata en premio por esto.
40 años después, Pedro Sarmiento de Gamboa (cronista) escribe la “Historia de los Incas”. Desde España acompañó al quinto Virrey del Perú, Francisco de Toledo, expresamente mandado por el rey Felipe II en 1569, para destruir la versión de los incas, con esto, su actividad social, económica, cultural y política. Basta leer a al padre Cobo, otro cronista, que, aunque de manera sesgada, da luz a la versión que proponemos y denunciamos. Pasada la época colonial, en 1825, cuando la independencia, Manuel María Urcullo escribe una vez más la versión de los españoles sobre la independencia, quienes, mimetizados con ropa nativa, una vez más se encarga de escribir lo que se llama la “Historia de Bolivia” en la época republicana.
En consecuencia, no fueron las grandes mayorías que escribieron su versión, nunca tuvieron la oportunidad de hacerlo, es más, estaban prohibidos de leer y escribir, ahora que, si pueden, se avizora aquella maravillosa versión de la cultura ancestral.
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