Hace apenas tres semanas, la fiscalía de Bruselas anunció que se había evitado un grave atentado terrorista contra un concierto en la ciudad. Cuatro personas, tres de ellas menores, fueron detenidas. El "modelo" era el atentado perpetrado por terroristas islamistas en el club Bataclan de París en noviembre de 2015, según la Fiscalía.
Como estas, el número de sospechas de actividades
terroristas ha aumentado considerablemente en Bélgica desde el inicio del
ataque terrorista de Hamás contra Israel y la posterior acción militar israelí
en Gaza. La Unidad de Coordinación del Análisis de Amenazas belga (CUTA, por
sus siglas en inglés) anunció a principios de marzo que el número de posibles
actos terroristas había aumentado un 41%. En 2023 se registraron 332
incidentes, mientras que en 2022 se contabilizaron 236.
Bélgica se encuentra en el nivel de alerta terrorista tres
de una escala de cuatro desde el último atentado, el 16 de octubre de 2023. En
aquella ocasión, un autor islamista solitario asesinó a dos ciudadanos suecos.
Pese a que la amenaza sigue siendo alta, CUTA anunció que no modificaría el
nivel tras el reciente atentado en Moscú, reivindicado por el autodenominado
Estado Islámico, y que dejó al menos 137 muertos.
Por el contrario, Francia ha adoptado una postura distinta,
activando el nivel de alerta máximo "por precaución", según declaró
el propio presidente francés, Emmanuel Macron, durante un viaje al extranjero
en la Guayana Francesa.
La ministra alemana del Interior, Nancy Faeser, no ve
motivos para elevar el nivel de alerta tras el atentado de Moscú, pues la
amenaza del Estado Islámico del Gran Jorasán -la rama afgana del Estado
Islámico o ISIS-K -ya existía de antemano.
"El ISPK representa actualmente la mayor amenaza
islamista también en Alemania. Nuestras autoridades de seguridad están muy
atentas y vigilan al grupo terrorista desde hace tiempo", declaró Faeser
al diario Süddeutsche Zeitung.
Por el contrario, el nivel de alerta sí aumentó
considerablemente tras los atentados terroristas de Hamás contra Israel del 7
de octubre, dijo Faeser
La semana pasada, dos personas fueron detenidas en la ciudad
alemana de Gera, en el estado de Turingia, por planear presuntamente un
atentado contra el Parlamento sueco en nombre del ISPK.
El llamado Estado Islámico del Gran Jorasán (ISIS-K) cuenta
con unos 1.000 seguidores y surgió en Afganistán en 2015. Según el investigador
sobre terrorismo Peter R. Neuman, del Kings College de Londres, ISIS-K es
"probablemente la única rama del EI actualmente capaz de llevar a cabo un
atentado coordinado de gran envergadura en Occidente", sostiene.
Su motivación no es sólo la ideología islamista, sino
también la competencia por la supremacía en el campo islamista, escribió Neuman
en la red social X. La mayoría de sus partidarios proceden de Asia Central.
En la UE, la lucha contra el terrorismo es responsabilidad
de cada uno de los Estados miembros, pero existen una serie de organismos en
los que se intercambia información y se coordinan las medidas de búsqueda.
Una de estas instituciones es la autoridad policial europea
Europol, con sede en La Haya (Países Bajos), que ha observado un aumento de las
actividades terroristas en suelo europeo, pese a que el número se ha reducido
drásticamente desde 2017, año en que hubo más de 200 ataques.
En 2022 hubo un total de dos ataques islamistas en la UE,
aunque fueron más de 300 las personas detenidas por planear ataques de este
estilo, la mayoría de ellas en Francia.
A partir de 2023, la Europol prevé que las cifras vuelvan a
aumentar.
Agencias
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