Los panificadores bajaron drásticamente la producción del tradicional pan paceño, desde la fiesta de Todos Santos y afirman que continuara así hasta que se regularice el precio del quintal. En su lugar, ofrecen sarnitas, chamillos y galletas.
La marraqueta, el tradicional “pan de batalla” de La Paz,
escasea y las pocas tiendas de barrio que la venden elevaron su precio de 50
centavos a Bs 1. Según las comerciantes, los panificadores bajaron la
producción desde la fiesta de Todos Santos, el 1 de noviembre, a lo que se sumó
la intervención a la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa).
“No hay marraqueta, el lunes van a traer, pero ya nos
dijeron que va a subir a un boliviano. (Los panaderos) dicen que no les venden
la harina subvencionada y que ya no tienen ganancias”, explicó a EL DEBER una
vendedora de la zona San Pedro.
En otras zonas la marraqueta simplemente ya no se vende y en
su lugar los panaderos ofrecen las sarnitas, chamillos, caucas y galletas. No
obstante, en lugares como la ciudad de El Alto, si bien aún se comercializa el
producto, este bajó su tamaño y peso, de 60 gramos a 35 o 40 gramos.
En un breve contacto con este medio, uno de los dirigentes
del sector, Dandy Mallea, confirmó la escasez del tradicional pan y la probable
subida de precio. Ratificó que esto se debe la falta de harina subvencionada y
los recientes cambios en Emapa.
El dirigente de los panificadores afirmó que en junio ya se
envió una propuesta al Gobierno, para que se autorice la subida de precio, de
50 a 70 centavos de boliviano. Esto debido al incremento de la haría, pero
también de otros insumos para la elaboración, como la manteca y el azúcar.
Recordó el escándalo por el negociado que se realizó con el
secretario ejecutivo de la Confederación Nacional de Panificadores de Bolivia
(Conapabol), Rubén Ríos, quien fue denunciado por vender el quintal de harina a
Bs 500 a Emapa y, al mismo tiempo, hacía gestiones para que los quintales se
repartan a sus asociados a un precio de Bs 109.
El jueves, el nuevo Gobierno intervino Emapa, ante los
indicios de graves hechos de corrupción y un probable daño económico de Bs
1.000 millones. Se estima que la deuda vinculada al programa de trigo, que es
el que mantiene la subvención de la harina, asciende a Bs 704,6 millones.
Se conoce que este año, Emapa, incrementó la entrega de
harina subvencionada a más de 2,5 millones de bolsas a 2.000 panificadores
afiliados a la Confederación, esto con el objetivo de mantener la marraqueta en
0,50 bolivianos por unidad de 60 gramos.
Además, Emapa proporciona a los panificadores otros insumos
complementarios, como 30.000 bolsas de azúcar, 33.894 cajas de 16 kilos de
manteca y 25.927 cajas con 25 unidades de levadura de 500 gramos cada una,
destinadas a garantizar la producción de pan por parte de aproximadamente 2.000
panificadores.
El Deber
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