Paulina Mendoza, representante de las trabajadoras sexuales de Tarija, ha destacado la importancia del trabajo de este sector en la economía familiar y la cruda realidad que enfrentan día a día. Según Mendoza, en el departamento de Tarija hay alrededor de 225 trabajadoras sexuales registradas, quienes son en muchos casos el sostén económico de sus familias.
Mendoza enfatizó que muchas de estas mujeres son madres
solteras que dependen exclusivamente de sus ingresos como trabajadoras sexuales
para mantener a sus hijos y a sus familias. Esta situación, lamentablemente,
las hace vulnerables a la explotación por parte de proxenetas, quienes se
aprovechan de su situación para manejarlas en casas particulares.
La representante de las trabajadoras sexuales señaló que la
falta de oportunidades laborales en otros sectores impulsa a muchas mujeres a
dedicarse al trabajo sexual como única opción para subsistir. Esta realidad,
explicó Mendoza, es desconocida para muchas personas que suelen juzgar a las
trabajadoras sexuales sin comprender las circunstancias difíciles que
enfrentan.
Una de las preocupaciones principales que Mendoza destacó es
la existencia de alrededor de 150 locales ilegales en Tarija, donde las
trabajadoras sexuales operan sin estar registradas y sin ningún tipo de
protección. Estos locales clandestinos, ubicados principalmente en
restaurantes, bares y otros establecimientos, representan un riesgo tanto para
las trabajadoras sexuales como para posibles clientes, ya que podrían incluir
menores de edad en su personal.
Ante esta situación, Mendoza hizo un llamado a las
autoridades pertinentes para que se tomen medidas concretas para regularizar la
situación de las trabajadoras sexuales y garantizar su seguridad y protección.
Asimismo, instó a la sociedad a comprender y respetar la labor de estas
mujeres, reconociendo su papel fundamental en la economía familiar y
promoviendo la protección de sus derechos laborales.
La Voz de Tarija
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