Presidente Luis Arce Catacora, no hay remedio en todo este rollo. Su
posición es clara: usted se ha convertido en un defensor acérrimo del cocalero
Morales. De ese que se obsesionó y embriagó con las mieles del poder. De ese
que para cumplir su capricho y alimentar su ego, recurrió a los instintos más
bajos y al irrespeto con ese pueblo que un día le delegó esa digna tarea de presidente
de Bolivia.
A estas alturas, no me queda duda. Usted no está gobernando. No está
cumpliendo con el mandato que le ha encomendado la gente. Ellos siguen
expectantes y esperanzados por verle despegar, y usted les muestra lo
contrario. Está anclado e inerte. No tiene norte, no tiene un programa, y menos
respuestas a las necesidades y expectativas. Lo que tiene es un libreto mal
hilvanado e inconsistente, que habla de un golpe inexistente.
Sea honesto y respetuoso consigo mismo, con el pueblo y con la Constitución.
Deje de lado esa patraña del golpe. Renuncie a su papel de agente de marketing de
la mentira y póngase la camiseta que le corresponde. Esa de Bolivia, que tiene
los colores rojo amarillo y verde. Desheche la azul, porque con esa le está
haciendo mucho daño a la gente y usted va perdiendo legitimidad.
¿Qué es más cruel? Me pregunto, cuando me atrevo a compararle con la
expresidenta Jeanine Áñez. Bolivia y el mundo sabe que ella está presa en una
cárcel. Es su trofeo para vengar al cocalero. Seguramente ese recinto tiene una
carcelera que vela y es responsable por ella.
En cambio, usted parece que estuviera libre en la Casa Grande; pero no
es tanto así. Usted es prisionero del cocalero. Dudo que él vele y sea
responsable por usted. Pero afirmo que él es el propietario de ese palacio, y
usted un intruso que ocupa su silla. Lo que tiene delante suyo es un verdugo
que no va a descansar hasta cumplir su cometido: saciar su sed de venganza,
boicotear su gestión y hacer lo imposible para recuperar su silla y su palacio.
En fin, la vida es así señor presidente Arce. En este mundo nada es
gratis. Todo tiene un precio y usted está pagando caro. Usted no es de los
"movimientos sociales". A usted el cocalero le extrajo como a conejo
de un sombrero de mago para hacerle candidato. En buen castellano: un tonto
útil. Usted no tiene bases que lo respalden, y por eso no le queda más que ser
sumiso y obediente.
¿Despiadada y sucia la forma como su mentor hace política, verdad?
El autor es especialista en integración y gestión de conflictos.
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