El Deber
El monseñor Sergio Gualberti envió el mensaje de Domingo de Ramos a través de los medios de comunicación y de las redes sociales. En la catedral estuvieron el gobernador Rubén Costas, la alcaldesa interina, Angélica Sosa, el comandante de la Policía y el presidente del Colegio de Médicos.
Evitar la indiferencia "ante el dolor de quienes padecen de coronavirus y apoyar con las medidas de control de la pandemia", fue el mensaje que ofreció ayer el arzobispo de Santa Cruz, Sergio Gualberti, durante la homilía por el Domingo de Ramos.
"Debemos acoger al Cristo sufriente en nuestros hermanos contagiados por el coronavirus; necesitados, como él, de un sirineo que los ayude a cargar la cruz de la enfermedad. Seamos solidarios con ellos y sus familiares, no permitamos que el miedo se apodere de nosotros y nos haga indiferentes ante sus dolor, no huyamos de ellos y, menos aún, tengamos actitudes hostiles".
Además agregó "que esta pandemia nos ayude a tomar conciencia de que todos somos vulnerables y que nadie es autosuficiente. Como decía el papa Francisco hace algunos días: 'Tampoco caigamos en la tentación del cansancio y del desánimo', por el contrario, unamos esfuerzos cooperando responsablemente entre todos, ciudadanos y autoridades, para detener la pandemia.
El Domingo de Ramos representa para los católicos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, en medio de una multitud que lo ovacionaba.
El mensaje del obispo fue transmitido por los medios de comunicación y las redes sociales porque fueron prohibidas las celebraciones con fieles en los templos. En la catedral solo estuvieron presentes el gobernador Rubén Costas, la alcaldesa interina, Angélica Sosa; el comandante de la Policía, Miguel Mercado, y el presidente del Colegio Médico de Santa Cruz, Wilfredo Anzoátegui.
Durante su homilía, las lecturas bíblicas reflexionaron sobre la enseñanza que nos deja el gesto humilde de Jesús, montado en un burro, en su entrada triunfal en Jerusalén.
El monseñor Sergio Gualberti envió el mensaje de Domingo de Ramos a través de los medios de comunicación y de las redes sociales. En la catedral estuvieron el gobernador Rubén Costas, la alcaldesa interina, Angélica Sosa, el comandante de la Policía y el presidente del Colegio de Médicos.
Evitar la indiferencia "ante el dolor de quienes padecen de coronavirus y apoyar con las medidas de control de la pandemia", fue el mensaje que ofreció ayer el arzobispo de Santa Cruz, Sergio Gualberti, durante la homilía por el Domingo de Ramos.
"Debemos acoger al Cristo sufriente en nuestros hermanos contagiados por el coronavirus; necesitados, como él, de un sirineo que los ayude a cargar la cruz de la enfermedad. Seamos solidarios con ellos y sus familiares, no permitamos que el miedo se apodere de nosotros y nos haga indiferentes ante sus dolor, no huyamos de ellos y, menos aún, tengamos actitudes hostiles".
Además agregó "que esta pandemia nos ayude a tomar conciencia de que todos somos vulnerables y que nadie es autosuficiente. Como decía el papa Francisco hace algunos días: 'Tampoco caigamos en la tentación del cansancio y del desánimo', por el contrario, unamos esfuerzos cooperando responsablemente entre todos, ciudadanos y autoridades, para detener la pandemia.
El Domingo de Ramos representa para los católicos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, en medio de una multitud que lo ovacionaba.
El mensaje del obispo fue transmitido por los medios de comunicación y las redes sociales porque fueron prohibidas las celebraciones con fieles en los templos. En la catedral solo estuvieron presentes el gobernador Rubén Costas, la alcaldesa interina, Angélica Sosa; el comandante de la Policía, Miguel Mercado, y el presidente del Colegio Médico de Santa Cruz, Wilfredo Anzoátegui.
Durante su homilía, las lecturas bíblicas reflexionaron sobre la enseñanza que nos deja el gesto humilde de Jesús, montado en un burro, en su entrada triunfal en Jerusalén.
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