Comando Vermelho es una de las bandas criminales más antiguas y poderosas de Brasil. Para hacerle frente fueron desplegados 2.500 agentes de las fuerzas de seguridad en un área de 9 millones de metros cuadrados, equivalentes a 72 estadios Maracaná.
"La orden del juez era una orden de arresto, no una
orden de matanza, y hubo una matanza".
Con esas palabras, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula
de Silva, dejó clara este martes su valoración sobre la operación policial
realizada el pasado 28 de octubre en contra del grupo criminal Comando Vermelho
en Río de Janeiro, durante la cual murieron más de 120 personas.
En una rueda de prensa, el mandatario brasileño calificó el
operativo como "desastroso" y apuntó que su gobierno va a presionar
para que haya una investigación independiente.
Comando Vermelho es una de las bandas criminales más
antiguas y poderosas de Brasil. Para hacerle frente fueron desplegados 2.500
agentes de las fuerzas de seguridad en un área de 9 millones de metros
cuadrados, equivalentes a 72 estadios Maracaná.
Los uniformados tenían como misión hacer cumplir 180 órdenes
de captura y 100 pedidos de prisión. Según el gobernador de Río de Janeiro,
Cláudio Castro, fue "el mayor operativo de las fuerzas de seguridad"
en ese estado".
Castro, quien es aliado político del expresidente Jair
Bolsonaro, explicó que el operativo era el fruto de una investigación que duró
más de un año y que necesitó ser planeado durante dos meses.
El gobernador calificó la operación de "éxito",
una apreciación que no es compartida por el presidente Lula.
"El dato concreto es que la operación, desde el punto
de vista de la cantidad de muertes, la gente puede considerarla un éxito, pero
desde el punto de vista de la acción del Estado, yo creo que fue
desastrosa", dijo el mandatario brasileño.
Arrestos, muertes y derechos humanos
"Hubo una matanza": el presidente Lula exige una
investigación independiente sobre la operación policial contra el Comando
Vermelho
Para detener a las fuerzas policiales, se atravesaron y
quemaron autos en el medio de algunas vías.
El operativo contra el Comando Vermelho consistió en una
macrorredada en dos de las mayores favelas de la ciudad de Río de Janeiro,
ubicadas en la zona norte.
Ante la presencia de las fuerzas policiales, se desataron
intensos tiroteos. De acuerdo con las autoridades, los miembros de la banda
usaron drones para lanzar bombas sobre los policías y colocaron y quemaron
autos en medio de algunas vías para formar barricadas.
El balance oficial señala que se incautaron armas, drogas y
se logró la detención de, al menos, 81 personas.
Entre los detenidos se encuentra Thiago do Nascimento
Mendes, alias Belão, considerado como uno de los líderes de las operaciones de
narcotráfico del Comando Vermelho. También fue detenido Nicolas Fernandes
Soares, a quien las autoridades señalan como el operador financiero de uno de
los cabecillas narco.
Pero la operación también arrojó un elevado número de
muertos: 121, de los cuales cuatro eran policías.
Entre los fallecidos, según la policía de Río, "más del
95% de los identificados tenían vínculos comprobados con el Comando Vermelho y
el 54% eran de fuera del estado".
"El trabajo de inteligencia realizado por la dirección
de Seguridad Pública del Estado identificó que 59 personas tenían órdenes de
arresto pendientes y al menos 97 tenían antecedentes penales
significativos", dijeron en un comunicado.
El gobierno de Río de Janeiro señaló en un comunicado que 17
de los fallecidos identificados no tenían antecedentes penales, agregando que
12 de ellos "mostraban indicios de estar involucrados en narcotráfico en
sus redes sociales"
Organizaciones de derechos humanos y familiares de los
fallecidos han cuestionado el operativo, considerado como el más letal
registrado en la región metropolitana de Río de Janeiro desde 1990, según el
Grupo de Estudos dos Novos Ilegalismos de la Universidad Federal Fluminense.
De acuerdo con Agencia Brasil, residentes de las zonas donde
se realizó el operativo han dicho que en el bosque fueron hallados decenas de
cadáveres, muchos de los cuales tenían signos de haberse rendido, como manos y
piernas atadas, así como señales que sugieren que pudieron haber sufrido
ejecución y tortura.
Agencias
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