La orden para realizar el "operativo" en Desaguadero; la vestimenta de los policías a la hora del operativo y la presencia de un vehículo incautado en el lugar, son las tres incongruencias que tiene el ex director departamental de la Felcn, coronel, Jhonny Rivera Paniagua con sus subalternos.
El 22 de septiembre se produjo una balacera en una carretera
próxima a la frontera de Desaguadero, donde murieron dos personas, una sargento
de la Policía y una informante. Asimismo, resultó herido, aunque logró sobrevivir,
otro sargento de Policía.
En las declaraciones ante la Fiscalía de Guaqui, la capitán
Jimena Aguirre y los sargentos Sonia Callisaya, Rolando Paucara, Roy Mayta y
Bruno Toledo, dijeron que viajaron a Desaguadero en un operativo “por orden
superior”. Su relato también refiere que viajaron en una vagoneta blanca
oficial y que fueron de civil por mimetizarse en el operativo.
En la declaración oficial del coronel Ribera Paniagua, éste
afirma que no ordenó ningún “avance” hacia esa población fronteriza y que
solamente le informaron de las trágicas novedades de la balacera. “No había
ninguna disposición ni orden superior”, dijo Rivera en tres oportunidades a los
investigadores.
Asimismo, los cinco policías que están detenidos por estos
hechos declararon que viajaron en misión oficial, a bordo de una vagoneta
blanca de uso de la Felcn.
Sin embargo, en la reunión que tuvieron con el coronel
Rivera, cuatro días después de la balacera, centraron su conversación en cómo
justificar que el viaje fue en un minibús rojo incautado y que fueron como
escolta del vehículo donde viajaron los dos policías y la informante
acribillada.
La tercera contradicción se refiere a la vestimenta que
llevaban ese día, tanto la oficial como sus subalternos. Todos estaban de
civil, no llevaron uniformes.
Según la declaración del coronel Rivera, solo van vestidos
de paisano los policías que pertenecen a Inteligencia o que realizan
vigilancia. Cuando actúan los policías deben ir armados e identificados, lo que
no sucedió.
Otros detalles del “operativo” revelan irregularidades que
no se logran justificar en las declaraciones. La patrulla, denominada “Bravo”,
estaba de descanso y no había ninguna actividad especial que los requiera en
alguna operación de la unidad.
El segundo hecho llamativo es que no estaban armados. En su
declaración, el coronel Rivera afirma que existe un protocolo cuando hay un
operativo en marcha y además que esa patrulla estaba de descanso.
En las pruebas colectadas en el lugar de los hechos, tanto
del herido como de la policía baleada, no se encontró ningún arma. Los informes
que refiere la fiscalía no consignan haber encontrado armas en poder de las
personas.
Finalmente, tres de las cinco declaraciones, afirman que
corrieron hacia el río Desaguadero, en persecución de los delincuentes que
acribillaron a sus camaradas, los vieron cruzar en pequeñas balsas. El relato
refiere que los fugitivos llegaron al lado peruano y abordaron dos vehículos
que los esperaban. Los policías solo describen que los vieron y que regresaron
al lugar donde estaba el vehículo con los heridos y fallecidos. Ni siquiera
pidieron ayuda a sus colegas peruanos para alcanzar a los delincuentes. La
Policía dijo que no pidió ayuda al Perú porque concluirán la investigación en
Bolivia.
El Deber
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