El magnate tecnológico de origen sudafricano, Elon Musk, que también es asesor del presidente Donald Trump al frente del departamento no oficial DOGE, compró en 2022 el sitio entonces llamado Twitter por 44.000 millones de dólares (40.000 millones de euros), redujo su plantilla y cambió sus políticas sobre incitación al odio, desinformación y verificación de usuarios y lo rebautizó como X.
Ahora, el multimillonario vendió la red social X a su propia
empresa de inteligencia artificial (IA) xAI en una operación por valor de
33.000 millones de dólares (30.500 millones de euros). Esto implica una pérdida
de valor de 11.000 millones en tan solo dos años.
Un año después lanzó xAI. "Desde su fundación hace dos
años, xAI se ha convertido rápidamente en uno de los principales laboratorios
de IA del mundo, construyendo modelos y centros de datos a una velocidad y
escala sin precedentes", escribió Musk en X.
El objetivo de la compra - venta
Musk anunció en diciembre que la start-up de IA ampliaría su
superordenador "Colossus" para hacer frente a rivales como OpenAI,
aumentando el número de unidades de procesamiento gráfico (GPU) para
desarrollar nuevos modelos de IA a mayor velocidad.
Ambas empresas son privadas, lo que significa que no están
obligadas a hacer públicas sus finanzas. Musk, que también dirige la empresa
astronáutica SpaceX y la automovilística Tesla, dijo en un post en X que la
operación "desbloqueará un inmenso potencial al combinar la avanzada
capacidad y experiencia en IA de xAI con el enorme alcance de X".
"Los futuros de xAI y X están entrelazados. Hoy damos
oficialmente el paso de combinar los datos, los modelos, la computación, la
distribución y el talento", publicó Musk.
El Deber
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