El fallecimiento de Ema Estefanía Gutiérrez, de 29 años, y de su bebé en diciembre de 2023, tras una presunta negligencia médica en San Lorenzo-Tarija, sigue sin obtener justicia. A más de un año de la tragedia, el proceso penal continúa estancado y los profesionales implicados aún ejercen en otros centros de salud, según informó a El País Yolanda Herrera, presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH) en Tarija.
La joven madre falleció tras múltiples intentos fallidos de
recibir auxilio. Su familia solicitó ambulancia en dos ocasiones, sin éxito.
Luego fue trasladada al Centro de Salud de San Lorenzo, donde, según
testimonios, recibió una atención deficiente antes de ser derivada al Hospital
Regional San Juan de Dios, donde finalmente murió junto a su hijo. La tragedia
dejó en la orfandad a dos niñas.
El caso generó gran conmoción en Tarija. En febrero de 2024
se realizó una última marcha exigiendo justicia, sanciones contra los
responsables, evaluación a los médicos, una reestructuración en la Red de Salud
y procesos penales rápidos. Sin embargo, con el paso de los meses, la causa
cayó en el olvido, como suele ocurrir en muchos casos de mala praxis en
Bolivia.
Según Herrera, si bien inicialmente se suspendió a una de
las médicas involucradas y se secuestró documentos del centro de salud, hasta
el momento no existe una sentencia que determine responsabilidades. La falta de
resultados concretos responde, entre otros factores, a los tiempos lentos de la
justicia, a los obstáculos burocráticos y a la falta de recursos económicos de
la familia afectada, lo que limita su capacidad de seguir de cerca los procesos
judiciales.
"Mucho depende de los recursos con los que pueda contar
la familia. Esta era una familia muy humilde y hacer seguimiento implica
movilizarse, viajar a la ciudad, estar tras la Fiscalía, y en un sistema de
justicia colapsado, todo se vuelve más difícil", lamentó Herrera.
La representante de Derechos Humanos también enfatizó que en
Bolivia la Fiscalía no actúa de oficio en casos de negligencia médica, por lo
que las familias deben presentar denuncias formales para iniciar procesos.
Esto, sumado a la desconfianza en el sistema judicial, desalienta a muchas
víctimas.
Un sistema dañado
Sobre el sistema de salud, Herrera cuestionó no solo las
falencias en la atención, sino también el modo en que se contrata al personal
médico y la falta de un enfoque preventivo. "Si los médicos, enfermeras y
auxiliares fueran seleccionados por su perfil profesional y no por favoritismos
políticos, quizás tendríamos una mejor atención. Pero además, no se trabaja en
prevención. Solo se actúa cuando ya ocurre la tragedia", criticó.
Añadió que las condiciones de trabajo en los hospitales son
precarias, con enfermeras sobrecargadas de pacientes y más preocupadas en
llenar registros que en brindar una atención humana y cercana. "El
Hospital San Juan de Dios, el Obrero y otros centros están colapsados. No hay
forma de atender con calidad a tantas personas, y eso se traduce en
deshumanización", advirtió.
Finalmente, Herrera señaló que el drama de Estefanía refleja
una doble crisis; la del sistema de salud, incapaz de actuar con urgencia ante
emergencias médicas, y la del sistema judicial, que permite que la impunidad
sea la norma y no la excepción.
"Lo más doloroso es que el tiempo pasa, las familias
siguen su duelo, y todo queda en la impunidad. Así se repite una y otra vez,
hasta la próxima tragedia", concluyó.
Caudillismo que limita
La población denuncia que los sistemas de salud y justicia
atraviesan una profunda crisis, marcada por la falta de atención oportuna y
respuestas efectivas. La presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos
Humanos en Tarija expresó su frustración ante esta situación.
"La gente del área rural llega con esperanza de
salvarse y se va en un cajón o aún más enferma", lamentó. Aunque reconoció
que la medicina no es infalible, advirtió que la sobrecarga de pacientes y la
limitada capacidad de respuesta afectan gravemente la calidad de la atención.
La población tarijeña insta a las autoridades realizar
auditorías en los hospitales para evaluar la cantidad y calidad del personal
médico, señalando la existencia de “pequeños reinados” que priorizan intereses
de grupo sobre la meritocracia.
Asimismo, Herrera denunció que el "caudillismo
profesional" limita la formación de nuevos especialistas, aumentando la
presión sobre los pocos disponibles.
El País
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