Después de prohibirle a través de resoluciones, al menos dos veces, de que se postule como candidato con cualquier partido, y conminarle a que asista a reuniones en el Chapare, Evo Morales, bajó el tono con el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez y aseguró que incluso le ofreció apoyo si él quería postularse a la presidencia, pero, el joven político, guardó silencio.
“Hace dos, tres meses, estaba Andrónico aquí en Lauca (Ñ) y
yo le dije al hermano Andrónico: ‘Andrónico, si quieres ser candidato, di,
quiero ser candidato, (yo) te voy a apoyar’ (y él) quedó callado”, aseguró
Morales en su programa dominical de la radio chapareña, Kawsachun Coca.
Morales, un dirigente y político boliviano con más de 30
años de experiencia, logró en varias ocasiones, a través de sus dirigentes de
las 6 Federaciones del Chapare que se emita instrucciones y se defina cómo el
presidente del Senado debe actuar políticamente, que van desde prohibirle que
sea candidato hasta instruirle que sea jefe de campaña de Evo Morales.
El 12 de febrero de este año, el diputado evista, Ányelo
Céspedes, anunciaba que el presidente del Senado sería el jefe de campaña de
Evo. “El futuro jefe de campaña nacional de Evo Morales va a ser Adrónico
Rodríguez (…) no se va a dejar manejar por la derecha interna ni por la derecha
externa”, aseguraba. El anuncio, no pasó de ser tal y días después fue
deshechado.
Cada vez que los evistas salían a negar la popularidad
creciente de Andrónico, su imagen crecía más, sobre todo entre los jóvenes
electores que realizaban proclamaciones y caravanas por Andrónico.
El hecho puso más nervioso y molesto a Evo y su entorno
hasta que el 10 de marzo convocó a Rodríguez a una reunión en el Chapare, y
después sacaron una resolución que ratificaba a Morales como el ´único
candidato’ y le cortaban las alas políticas a Andrónico.
“La Coordinadora de las 6 Federaciones del Trópico de
Cochabamba de manera unánime, determina que el hermano Andrónico Rodríguez, no
es candidato a la presidencia de ningún partido político”, dice parte de una
resolución aprobada el 10 de marzo de 2024.
Dicha resolución que lleva la firma de Evo Morales como
presidente de la Coordinadora de las 6 Federaciones del Trópico y de los
dirigentes de todas las federaciones, fue leída en presencia de Morales y
Andrónico quien estaba visiblemente contrariado. Fue la última vez que se vio
en público a Morales y Rodríguez, juntos.
Desde esa vez, el presidente del Senado, Andrónico
Rodríguez, marcó distancia del evismo y activó su campaña política con el
respaldo de organizaciones sociales que lo proclaman su ‘candidato’ a la
presidencia.
Desde el 6 de abril, Andrónico ya no es indiferente a las
concentraciones donde le proclaman candidato a la presidencia. Asiste y se
arropa con el respaldo popular en varias regiones del país, como antes hacía
Morales.
“Siendo gobierno, siendo presidente debemos empezar a mirar
a todos los municipios, departamentos, regiones, a todos los rincones de
nuestra patria (…) Bolivia necesita de hombres y mujeres valientes, fuertes,
transparentes y honestos que empiecen a pensar en la colectividad y no en el
interés particular, personal o grupal”, dijo Rodríguez ese 6 de abril en el
distrito 22 de la ciudad de Potosí, donde fue proclamado como presidenciable.
El presidente del Senado, ataviado con un poncho de
campesino, collares de flores en el cuello y un bastón de mando en la mano,
aseguró a sus seguidores que cumplirá las decisiones horizontales y orgánicas.
“Yo estaré donde ustedes me digan”.
Después de aquel paso, Morales instruyó a Andrónico asistir
a una reunión en el Chapare para hablar del tema, pero Rodríguez ya no se
doblegó a las órdenes del líder cocalero, las ignoró y siguió con su vida y
funciones de legislador. Es más, realizó al menos dos viajes al exterior y se
reunió con líderes de la izquierda española.
Mientras en Bolivia, la dirigencia y legisladores que lo
apoyan descartaron que Andrónico vuelva a asistir a ninguna reunión convocada
por Morales porque dijeron que lo único que pretende Evo es “humillar” al joven
político.
El Deber
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