El presidente Luis Arce instruyó a la petrolera estatal YPFB apurar los trabajos de explotación de gas del campo Mayaya del norte de La Paz. Además, anunció la perforación de otros tres pozos exploratorios en la zona y lo hizo en momentos en los que la falta de diésel, así como la carencia de dólares reactivaron las amenazas de protestas de los operadores del transporte internacional de carga.
“Estamos contra el tiempo porque el pueblo boliviano
necesita, a la brevedad posible, la solución a estos problemas, porque esto va
a significar más divisas para el país (más) exportación y dejar de importar”,
afirmó Arce en ocasión de la visita que realizó ayer al campo ubicado a 270
kilómetros al norte de la sede de Gobierno.
El mandatario subrayó que el directorio de la petrolera
estatal debería aprobar pronto mayores emprendimientos exploratorios “no por un
capricho, sino porque el pueblo boliviano lo necesita; necesitamos apurarnos”.
El pozo Mayaya Centro-X1, ubicado en la zona del subandino
norte de Bolivia, tiene un potencial hidrocarburífero de 1,7 trillones de pies
cúbicos (TCF por sus siglas en inglés), de acuerdo con el anuncio que hizo el
propio jefe de Estado el 15 de julio, en la antesala de la efeméride paceña.
Además de la visita del presidente, YPFB exhibió las
potencialidades de Mayaya y anunció la inversión de $us 400 millones, incluso
para financiar un ducto para sacar el gas hasta las plantas de almacenamiento
de Senkata y Sica Sica, que están en La Paz.
Mientras se desarrollaba esa actividad, el presidente de la
Cámara Boliviana de Transporte pesado, Héctor Mercado, otorgó 24 horas al
Gobierno para solucionar la falta de abastecimiento de diésel en los surtidores
del país. De no ser así, se podrían reactivar las medidas de presión con
bloqueos de las principales carreteras del país. Eso sí, en el curso de las
próximas horas se prevé un ampliado nacional del sector que se desarrollará en
la ciudad de Tarija.
“Hemos tenido ya un mes, le hemos dado un mes de plazo al
Gobierno para que solucione el problema (del diésel). Sin embargo, a la fecha
tenemos más problemas, está peor, ni siquiera está como antes”, dijo el dirigente
respecto a este complejo escenario.
Justamente hace un mes tuvo lugar un asalto militar en la
Plaza Murillo. El presidente dijo que se trató de un intento fallido de golpe
de Estado y, por este caso, fue detenido el general Juan José Zúñiga, quien fue
comandante del Ejército hasta el 26 de junio
Eso sí, el jefe de Estado optó ayer por cuestionar la falta
de inversiones para explorar y reemplazar las reservas que se fueron empleando
en todo este tiempo. La alusión fue al gobierno de Evo Morales, aunque no
precisó la cantidad de las reservas actuales.
“Nos han condenado a ser esclavos y dependientes de la
importación de hidrocarburos” afirmó Arce, quien fue ministro de Economía de
Morales por algo más de 11 años. De hecho, el mismo Arce puntualizó: “El pueblo
boliviano sabe quién es el mentor del modelo económico, el pueblo sabe cómo
tenemos que desarrollarnos y hacia donde tenemos que ir”, en referencia al
modelo económico que mejoró la redistribución de la riqueza, pero en otro
contexto.
Ahora, el riesgo país alcanzó en la actualidad un récord
histórico de 2.102 puntos. El aumento se produce tras el asalto militar que
provocó una marcada incertidumbre en el panorama nacional.
Economistas observan que pese de los esfuerzos oficiales
para mitigar los efectos negativos, no se mejoró la situación. “La adhesión de
Bolivia al Mercosur, la visita del presidente Lula da Silva con empresarios y
el anuncio de Mayaya, no han tenido el impacto esperado”, observó el analista
financiero Mauricio Ríos García.
POTENCIAL
Mayaya contempla el desarrollo de tres pozos más y la
construcción del ducto de interconexión para la producción de hasta 10 millones
de metros cúbicos (MMm3d) de gas y de 500 a 1.000 barriles de petróleo por día,
que representan ingresos de más de $us 6.000 millones, según proyecciones de la
petrolera estatal YPFB.
TIEMPOS
La inversión proyectada debería ser de $us 400 millones,
según los técnicos de la petrolera estatal. El plazo para recibir réditos es de
unos tres años, aunque el presidente Luis Arce espera que sea más pronto.
El Deber
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