En el mundo efímero del narcotráfico, el sinaloense Ismael Zambada García, mejor conocido como "El Mayo", logró permanecer en el negocio ilícito durante más de cinco décadas.
Su buena racha terminó el pasado 25 de julio, cuando fue
arrestado en suelo estadounidense, al descender de un avión en el que viajaba
con Joaquín Guzmán López, uno de los hijos del excapo "El Chapo".
Con "El Mayo", las autoridades norteamericanas
lograron detener al narcotraficante más importante de México, cofundador y,
hasta ese momento, líder del poderoso Cártel de Sinaloa.
A ambos lados del Río Bravo, el golpe al crimen organizado
desató una serie de especulaciones: ¿se entregó el capo o fue engañado y
llevado a la fuerza por Guzmán López?
Respuesta "tardía" e "insuficiente"
Por su parte, el Gobierno mexicano negó que agentes
nacionales o estadounidenses hayan participado en la captura de "El
Mayo", y ha enviado unos 400 efectivos de las Fuerzas Armadas a Sinaloa
para "reforzar la seguridad".
"El Gobierno tardó casi doce horas en ofrecer un primer
posicionamiento insuficiente respecto a la detención", critica el Dr.
Víctor Sánchez, secretario General de la Universidad Autónoma de Coahuila
(UAdeC), en entrevista con DW.
Según el experto en seguridad, la respuesta de la
Administración mexicana dejó en claro que no ha tenido acceso a información
relevante por parte de Washington, pero también denotó fallas en los mecanismos
de inteligencia del país latinoamericano: "Debería tener vasos
comunicantes al interior del Cártel de Sinaloa, personas encubiertas o
informantes. Siendo una de las dos principales organizaciones criminales del
país, no existe excusa para que no se le esté dando un seguimiento
puntual".
Asimismo, a la investigadora del centro de análisis InSight
Crime Victoria Dittmar le llama la atención que la detención de Ismael Zambada
no haya resultado en una crisis diplomática y en acusaciones de intervención
por parte del Gobierno mexicano, como ha ocurrido en episodios recientes.
"Podría interpretarse como un intento por recuperar y
fortalecer la cooperación antinarcóticos con el Gobierno estadounidense",
cree la experta en crimen organizado.
¿Arreciará la violencia?
Martes (30.07.2024), López Obrador informó que se están
enviando más elementos al norte del país, pero agregó que "hasta ahora, no
hay ningún indicio de enfrentamientos".
"Está tratando de minimizar en términos noticiosos una
escalada de violencia que se antoja previsible", opina Víctor Sánchez,
para quien la respuesta "inadecuada" del Gobierno mexicano no ha
estado "a la altura".
Si bien Victoria Dittmar indica que, hasta el momento, no se
ha registrado un repunte de homicidios o ataques armados, sí destaca la tensión
y el miedo que la noticia de la captura del "Mayo" generó a muchos
sinaloenses, que aún recuerdan la respuesta violenta del crimen organizado tras
las últimas operaciones para capturar a Ovidio Guzmán López, otro de los hijos
de "El Chapo".
El "Mayo" contra los "Chapitos"
Dentro del Cártel de Sinaloa, la facción de los
"Chapitos", liderada por los hijos del "Chapo", ha librado
batallas sangrientas con la facción del "Mayo" en diversos puntos del
noroeste de México, explica a DW la investigadora de InSight Crime.
El politólogo Sánchez teme que ahora las hostilidades vayan
a ser más abiertas, y agrega que una posible traición por parte de Guzmán López
y la facción de los "Chapitos" no solo generaría violencia en las
entidades en las que el Cártel de Sinaloa se enfrenta a otras organizaciones,
sino también en las entidades que ya controlaba.
Estrategia reactiva
"No necesariamente la violencia va a estallar esta
semana", apunta el secretario General de la UAdeC en entrevista con DW, y
prosigue: "Los operadores del Cártel de Sinaloa están preocupados por la
información de que el 'Mayo' y Guzmán López puedan proveer al Gobierno de
Estados Unidos. Están reordenando el negocio para que no los capturen, pero en
las siguientes semanas sí se van a dedicar a los enfrentamientos entre
ellos".
De ahí que Sánchez advierta que el refuerzo de efectivos
tiene que darse en más zonas del país: "Lo que me preocupa es que, hasta
ahora, el Gobierno mexicano ha mostrado una actitud pasiva, incluso de sorpresa
y, por tanto, pudiera tener una estrategia reactiva ante una crisis de
violencia".
Finalmente, el analista de seguridad recuerda que el
"Mayo" duró más de cinco décadas en el negocio ilícito, por lo que su
detención también podría revelar posibles "relaciones con muchísimos
políticos, alcaldes, gobernadores, secretarios de Estado, e incluso con algún
presidente" en México.
Agencias
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