El jugador cruceño ingresó en el segundo tiempo y marcó su primer gol con Always Ready, un derechazo al ángulo que cambió el rumbo del partido en Montero.
Apenas habían pasado dos minutos del segundo tiempo cuando
Carlos Collazo, el juvenil de 16 años del Torno, se animó a pegarle desde fuera
del área. El remate, potente y colocado, se coló en el ángulo derecho del arco
de Gastón Almada, dejando sin reacción al arquero de Blooming. Fue su primer
gol con Always Ready, y nada menos que ante uno de los equipos más
tradicionales del país.
Collazo había ingresado por Damián Medina al iniciar la
segunda mitad, y su aparición fue determinante. Ese tanto no solo significó el
empate transitorio, sino que cambió el ánimo del plantel alteño, que terminó
remontando el marcador y llevándose la victoria por 2-1 en el estadio Gilberto
Parada de Montero. Su actuación le valió ser elegido figura del partido.
Formado en la Academia Tahuichi Aguilera y con paso por el
club Florida, participó en el tradicional Mundialito Paz y Unidad, Collazo
representa a la nueva generación de talentos cruceños que comienzan a hacerse
espacio en el fútbol profesional. Su debut con Always Ready fue el 25 de
octubre frente a Aurora, cuando ingresó al minuto 72 por Carlos Rodríguez. En
su segundo partido, volvió a entrar desde el banco, esta vez por Medina, y dejó
su sello con un golazo.
“Muy agradecido con Dios y con el cuerpo técnico que me dio
la oportunidad. La manera de agradecerles es tratando de hacer lo mejor dentro
del campo”, expresó Collazo tras el partido. Sobre el tanto, explicó: “Creo que
es parte de mis características. Los que me conocen saben que me gusta jugar
por ambas bandas, encarar hacia adentro y pegarle con las dos piernas”.
Finalmente, tuvo palabras para su gente: “Muy agradecido con
la gente de El Torno, del pueblo. Saben que nunca me voy a olvidar de ellos”.
Con apenas 16 años, Carlos Collazo empieza a escribir sus
primeras páginas en el profesionalismo con un tanto que ya se recordará como
uno de los mejores de la Copa Bolivia.
El Deber
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