El sargento, que vestía su uniforme reglamentario, portaba su chaleco antibalas y su arma de dotación, habría intentado usar su investidura para atravesar los puntos de control sin levantar sospechas.
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn)
aprehendió a un sargento de la Policía Boliviana destinado a la cárcel de El
Abra, en Cochabamba, tras ser sorprendido transportando 150 kilos de pasta base
de cocaína con destino a Brasil. El operativo se realizó en la carretera
bioceánica, ruta que conecta la capital cruceña con la ciudad brasileña de
Corumbá.
El uniformado, que vestía su uniforme reglamentario, portaba
su chaleco antibalas y su arma de dotación, habría intentado usar su
investidura para atravesar los puntos de control sin levantar sospechas. Sin
embargo, agentes antidroga lo interceptaron en el corredor bioceánico junto con
otro implicado que iba como apoyo en un segundo vehículo.
Según el fiscal de Sustancias Controladas, Julio César
Porras, el primero de los motorizados servía como “punta de lanza” para alertar
sobre cualquier control policial. En el vehículo conducido por el sargento se
halló “un macaco (compartimento oculto) y una mochila de uso policial donde se
había camuflado la droga, además de seis ladrillos encontrados en el asiento
del copiloto”, detalló.
“En la camioneta que manejaba el policía se encontraron
aproximadamente 100 kilos de pasta base, y en el otro vehículo se secuestraron
otros paquetes que suman en total 150 kilos. Ambos sujetos ya están
aprehendidos y el jueves, a las 9:00 en el municipio de Portachuelo, se
realizará la audiencia cautelar donde se solicitará su detención preventiva por
180 días”, afirmó Porras.
El fiscal confirmó que uno de los aprehendidos es policía
activo, con destino de trabajo en un recinto penitenciario de Cochabamba y
había aprovechado su día de descanso para realizar el transporte de la droga.
“Una de las investigaciones que se realizará es saber qué hacía un funcionario
de servicio rumbo a la frontera en un día laboral”, añadió.
La información de la Fiscalía apunta a que el cargamento
debía llegar hasta Puerto Quijarro, en el límite con Brasil, donde se presume
que la droga continuaría su ruta al mercado internacional. El monto que el
sargento recibiría por la transacción superaría los $us 500.000.
Porras explicó que la Fiscalía mantendrá en reserva los
detalles sobre la procedencia de la sustancia y las posibles conexiones con
redes criminales para no entorpecer la investigación: “Ahora el objetivo
inmediato es sustentar la imputación por los 150 kilos de pasta base
secuestrados”.
Este caso reaviva la polémica sobre la infiltración del
narcotráfico en las filas policiales y refuerza la demanda ciudadana de una
depuración real en la institución, que en los últimos meses ha sido golpeada
por denuncias de corrupción y vínculos con el crimen organizado.
El Deber
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