Las fuertes lluvias han provocado una grave crisis para los ganaderos de la región de Pojije, en el departamento del Beni. La crecida del río Mamoré y sus afluentes ha inundado extensas áreas de pastoreo, obligando a los productores a trasladar su ganado a zonas más altas para evitar mayores pérdidas.
Renán Suárez, un ganadero de la zona, explicó la difícil
situación que enfrentan. "Estamos sacando el ganado del lado de Pojije.
Todavía hay mucha agua y todo está inundado", relató.
Según Suárez, han logrado trasladar aproximadamente 200
cabezas de ganado hasta el momento, mientras que otras 800 aún esperan ser
rescatadas.
El problema es generalizado en la región. "En todas las
estancias la situación es la misma", afirmó Suárez.
Productores, como Humberto Ovando, tienen miles de reses en
riesgo. "Él tiene unas 10.000 cabezas para sacar", mencionó el
ganadero.
El impacto de la inundación ya se traduce en pérdidas
significativas. "Unas 200 reses han muerto en el río Pojije", comentó
Suárez.
De su propio ganado, al menos 70 cabezas se han perdido, sin
posibilidad de aprovecharlas para consumo. "Ya no sirven ni para
carnear", lamentó.
El ganado que logra sobrevivir sufre otro problema: la falta
de alimento. "Se están enflaqueciendo", explicó Suárez, quien busca
alternativas para trasladar sus reses en chatas, embarcaciones utilizadas para
el transporte de animales en la zona.
Sin embargo, estos medios de transporte son limitados y
pertenecen a otros productores que también deben movilizar su ganado.
La crisis por las inundaciones sigue afectando al sector
ganadero del Beni, y la falta de infraestructura y apoyo logístico complica aún
más la situación. Los productores hacen un llamado a las autoridades para
recibir ayuda en el traslado del ganado y evitar más pérdidas económicas en la
región.
Arroz bajo el agua
A casi un mes de haberse declarado en emergencia por las
intensas lluvias, la situación en Trinidad sigue siendo crítica. El alcalde,
Cristhian Cámara, informó que más de 350 familias han sido damnificadas y 25
han tenido que ser evacuadas, debido a las inundaciones.
Las primeras comunidades afectadas fueron Puerto
Esmeralda y Puerto Almacén, donde el
nivel del agua generó serios estragos. Aunque en algunas áreas la situación ya
está bajo control, en otras, como Puerto Varador, las familias continúan
lidiando con las consecuencias del desastre.
Uno de los aspectos más preocupantes, según Cámara, es el
daño a la producción de arroz, cultivo fundamental para la economía de la
región. "Sabemos que la provincia de Cercado tiene una de las mayores
producciones de arroz a nivel nacional. Son 4.775 hectáreas en riesgo",
advirtió el alcalde. Esta situación podría generar problemas de abastecimiento
y un alza en los precios del producto.
En materia de infraestructura, los estragos son evidentes.
"Tenemos más o menos 35 kilómetros de vías destruidas dentro de la
ciudad", indicó la autoridad municipal, explicando que el material
utilizado anteriormente en la pavimentación no soportó la cantidad de agua
recibida. Según datos oficiales, en marzo cayeron más de 2.000 milímetros de
lluvia, generando un deterioro significativo en calles, accesos y sistemas de
drenaje.
A pesar del esfuerzo local para mitigar el impacto de las
lluvias con la construcción de más de 75 kilómetros de canales de evacuación,
la ayuda externa sigue siendo fundamental.
"Necesitamos apoyo. Hemos hecho solicitudes a Defensa
Civil y al Gobierno departamental, pero hasta ahora no hemos recibido
respuesta", denunció el alcalde, quien enfatizó la necesidad de asistencia
tanto del Gobierno nacional como del departamental.
Otro problema derivado de la emergencia es el alza en los
precios de productos esenciales. La interrupción del transporte y el mal estado
de las carreteras han encarecido no solo el arroz, sino también la carne.
"El ganado que llega hasta Trinidad prefiere ser
vendido en Santa Cruz, donde se paga mejor, lo que está afectando el costo de
la carne en la ciudad", explicó Cámara.
Ante este panorama, la Alcaldía ha implementado diversas
acciones para asistir a los damnificados, incluyendo operativos de salud en las
comunidades afectadas, la entrega de víveres y la habilitación de ollas
comunes. Además, se está ejecutando un plan de reconstrucción de 500 cuadras
para reparar las calles de la ciudad.
"Es momento de que Trinidad y el Beni sean escuchados.
No podemos seguir siendo el 'hermanito pobre' al que todos olvidan",
concluyó el alcalde, haciendo un llamado urgente a la solidaridad y la
intervención de las autoridades nacionales.
El Deber
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