Arropado por una multitud, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, defendió este domingo su legado para construir una "patria nueva" durante su último informe de gobierno, marcado por las críticas de los mercados y Estados Unidos a una reforma judicial que heredará su sucesora Claudia Sheinbaum.
En el Zócalo de Ciudad de México, principal plaza pública
del país, el mandatario se despidió de miles de seguidores, con un discurso de
casi dos horas, arropado por una aprobación popular del 73%, según una reciente
encuesta del diario El Universal.
"Estamos viviendo en una auténtica democracia,
construyendo una patria nueva", dijo López Obrador, conocido como AMLO por
sus iniciales, durante el último recuento de su sexenio en el que, aseguró,
buscó "revertir la decadencia que se produjo con la política
neoliberal".
Pudimos "fijar las bases para iniciar una etapa nueva
como la Cuarta Transformación", agregó entre ovaciones.
Colmado de simpatizantes desde dos horas antes de que
empezara el discurso, el Zócalo vivía un ambiente de fiesta, entre bandas de
músicos, bailes folclóricos y asistentes que aprovecharon la espera para
desayunar, protegidos del sol con sombrillas.
"Vengo porque es la despedida de uno de los presidentes
más históricos del país", dijo a la AFP José Luis Díaz, emprendedor de 39
años, vistiendo una camiseta con la caricatura de López Obrador, rodeada por la
frase "me canso ganso", que popularizó el mandatario.
"Me siento muy triste (...), no se va a repetir un
presidente así en cien años", agregó Díaz, destacando que lo que más
extrañará de AMLO es su "amor sincero" por el pueblo.
Daniela Barrera, de 27 años y quien dice provenir de una
familia "obradorista", consideró que el mayor logro de AMLO es haber
generado "una esperanza para México" y "el sentirnos protegidos
como país".
Entre grupos que llegaron del interior, portando banderas y
uniformados con gorras y camisetas, hasta quienes acudieron espontáneamente,
los mensajes más repetidos en letreros y cánticos fueron "gracias" y
"hasta siempre, presidente".
Polémica reforma
López Obrador entregará el mando el 1 de octubre a su
copartidaria Claudia Sheinbaum, primera presidenta de la historia de México,
elegida con casi 36 millones de votos (60% de los sufragios) en los comicios
del pasado 2 de junio.
Sheinbaum heredará un paquete de reformas constitucionales
entre las que destaca una reforma del poder judicial, que opositores ven como
un preocupante lance autocrático del oficialismo.
La columna vertebral del proyecto plantea la elección de
jueces y magistrados por voto popular, una propuesta que desató además una
huelga de los trabajadores del sector.
El gobierno izquierdista alega que busca acabar con los
privilegios del poder judicial que, argumenta, está al servicio de los élites.
Sus detractores replican que politizará la justicia y minará su independencia.
Para Estados Unidos, principal socio comercial de México por
ser destino de 83% de sus exportaciones, la reforma representa un
"riesgo" para la democracia y "amenaza" el acuerdo
comercial (T-MEC) vigente entre ambos países y Canadá, según afirmó el
embajador estadounidense, Ken Salazar.
En respuesta, López Obrador decretó una "pausa" en
su relación con Salazar, que no se extiende al conjunto de la administración de
Joe Biden, precisó.
Consultados por AMLO en pleno discurso si prefieren que los
jueces sean electos por los legisladores o por el pueblo, los miles de
simpatizantes en el Zócalo respondieron: "el pueblo"
"Esto ayuda a entender cuál es el sentimiento del
pueblo y también para que lo internalicen nuestros vecinos y amigos de Estados
Unidos", agregó el mandatario.
El proyecto también preocupa a los mercados. La bolsa perdió
un 2,8% en agosto y el peso se depreció, cotizando cerca de 20 unidades por
dólar.
El embajador de Canadá en México, Graeme Clark, dijo por su
parte que los inversionistas "quieren estabilidad" y "un sistema
judicial que funcione si hay problemas".
Supermayorías
Aunque la propuesta de reforma llegó al Congreso hace meses,
será debatida y aprobada por la nueva legislatura que se instala este domingo.
En el nuevo parlamento, el partido oficialista Morena y sus
aliados estrenarán las supermayorías que lograron en las elecciones de junio,
con dos terceras partes de los escaños en diputados y a solo un asiento de
lograr la misma proporción en el Senado.
La llamada "mayoría calificada" los habilita para
modificar la Constitución sin necesidad de los votos de la oposición.
Un gobierno mexicano con supermayorías en el Congreso es una
situación inédita en lo que va del siglo XXI. Su antecedente se remonta a la
década de 1990, cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) aún
mantenía la hegemonía política que ostentó por más de 70 años.
La oposición denunció ante el tribunal electoral mexicano
irregularidades tanto en los comicios presidenciales como en el reparto de
asientos en el Congreso.
Ambas demandas fueron desestimadas por el tribunal que
terminó de certificar la semana pasada los resultados.
Agencias
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