El principal acusado por el intento de homicidio contra la expresidenta argentina Cristina Kirchner afirmó durante su juicio que buscó asesinarla como "un acto de justicia" por "el bien social".
La doctora Kirchner es corrupta, roba y hace daño a la
sociedad", se justificó ante el tribunal Fernando Sabag Montiel, de 37
años, quien el 1 de septiembre de 2022 gatilló dos veces sin que salieran las
balas a la cabeza de la entonces vicepresidenta argentina.
El juicio por el intento de homicidio Kirchner en 2022,
cuando era vicepresidenta de Argentina, comenzó este miércoles en Buenos Aires
con la presencia de los tres acusados, uno de ellos el hombre que gatilló la
pistola sin que se disparase.
El juicio se centra en el atacante, su exnovia y el
empleador de ambos como vendedores callejeros, sin ocuparse de supuestos
ideólogos o un posible apoyo financiero, pistas que la expresidenta Kirchner
reclamó investigar y que forman parte de una causa paralela.
Con una hora de demora inició la primera audiencia en la que
se leyeron los cargos contra los acusados por homicidio agravado en grado de
tentativa, un delito que prevé penas de hasta 25 años.
El tribunal oral federal 6 leyó la acusación de la querella
y de la fiscalía en las que se citaron mensajes peritados de los teléfonos de
los acusados con referencias explícitas a los planes para matar a Kirchner.
En ellos se dio cuenta de que los acusados se proveyeron de
un arma ilegal, la utilizada en el ataque, intentaron alquilar una vivienda
cercana a la casa de la expresidenta y buscaron la ocasión para ejecutarla.
Eran plenamente conscientes de lo que hacían y de sus
posibles consecuencias", sostuvo la querella.
A lo largo de las audiencias que se realizarán con una
frecuencia semanal serán escuchados unos 300 testigos, entre ellos la propia
Kirchner, en un proceso que se estima puede prolongarse durante un año.
Los acusados
El agresor resultó ser un vendedor de dulces que en la noche
del 1 de septiembre de 2022 atacó a Kirchner frente a su casa en Buenos Aires,
mezclado entre cientos de simpatizantes que acudieron a apoyarla cuando era
juzgada por supuesto fraude durante su presidencia (2007-2015).
Identificado como Fernando Sabag Montiel, de 37 años, el
hombre apretó el gatillo dos veces sin que las balas salieran y fue arrestado
allí mismo.
Su novia de entonces, Brenda Uliarte, que lo acompañó hasta
las inmediaciones del lugar del hecho, fue arrestada días después, al igual que
Nicolás Carrizo, empleador de ambos como vendedores de dulces y señalado como
"planificador".
Sabag Montiel, portador de tatuajes con simbología filonazi,
evidenció una personalidad "narcisista" y un discurso
"extravagante" con elementos de hostilidad hacia Kirchner, según
pericias.
Uliarte está acusada como "coautora" y señalada
como instigadora, mientras Carrizo está acusado de complicidad.
Voy a ir con el fierro (pistola) a la casa de Cristina y le
voy a pegar un corchazo (tiro)", escribió Sabag Montiel en un mensaje a
Uliarte semanas antes del ataque, a lo que ella le respondió: "La onda (la
idea) es que metas el corchazo y te escapes".
Luego del fallido ataque, Carrizo se ufanó de que su
"empleado" hubiera concretado el ataque. "Lo aplaudo, estuvo a
un segundo de ser héroe nacional".
Otras personas que habían sido arrestadas como sospechosas
fueron liberadas conforme avanzó la investigación sobre la llamada "banda
de los copitos", el grupo de vendedores callejeros de algodón dulce al que
pertenecían los imputados.
Cimbronazo político
Tras el atentado, Kirchner recibió mensajes de solidaridad
de todo el mundo. También hubo un manto de sospecha acerca de la veracidad del
ataque, luego despejado por las pericias.
En medio de las condenas públicas, adversarios políticos,
como la actual ministra de seguridad, Patricia Bullrich, excandidata a la
presidencia por la fuerza de derecha Juntos por el Cambio, optaron por el
silencio.
Su exjefe de campaña y diputado, Gerardo Milman, es una de
las personas que Kirchner pide investigar, luego de que fuese escuchado
hablando del ataque antes de que ocurriera. Un peritaje de su teléfono sigue
pendiente.
Esa y otras pistas sobre el supuesto financiamiento que
llevan hasta una empresa de la familia del actual ministro de Economía, Luis
Caputo, fueron desestimadas por el tribunal.
No hay práctica más clara para buscar la impunidad de causas
complejas que partirlas en pedacitos. Lo que queda no se investiga nunca
más", sostuvo Kirchner en una carta pública.
El atentado "fue un antes y un después, no porque
hubiera cambiado la política, sino porque evidenció a las claras que la
polarización permite, en cierto sector, que no haya ningún tipo de condena
cuando el atacado es el otro", dijo a la AFP Iván Schuliaquer, licenciado
en Ciencias Políticas por la Universidad de Buenos Aires.
Al día siguiente del atentado, el gobierno declaró un
feriado extraordinario y miles de personas salieron a la calle en todo el país
para repudiar lo ocurrido, convencidas de que la extrema polarización política
había traspasado un límite.
Agencias
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