La población tarijeña y la del interior del país ha vivido un momento de caos e incertidumbre debido al intento de “golpe de Estado”, lo que ha volcado a miles de personas a los surtidores para abastecerse de carburantes, como también a los mercados y entidades financieras. Esto también ha influido en el mercado cambiario informal. El analista económico, Fernando Romero, ha advertido que esta situación no solamente trae consigo consecuencias en el orden económico nacional, sino también en lo internacional.
Romero evitó referirse al suceso acontecido la tarde del
miércoles como un “golpe de Estado”, porque considera que no cumple con las
características de un intento de apoderarse del control del Gobierno. Sin
embargo, enfatiza que esto tiene una repercusión negativa en la economía local,
nacional e internacional, por el hecho que genera un escenario de
incertidumbre, especulación y sobredemanda, principalmente de carburantes y en
la canasta básica familiar.
“La gente comienza a comprar, en este caso, por temor a que
exista un golpe de Estado o un intento que limite su adquisición de bienes, por
eso había filas en supermercados, filas en surtidores, desesperación y hasta
paranoia en la gente, por lo que se genera expectativas de la economía, lo que
hace pensar que el día de mañana la situación será complicada y más difícil de
lo que es hoy”, explicó.
El analista mencionó que lo sucedido la tarde de ayer,
también afecta en el mercado del dólar paralelo, ya que, si bien es informal,
las cotizaciones fluctúan, por el hecho que estos escenarios de incertidumbre
provocan que la gente pretenda mantener el valor de su dinero cambiándolo a
dólares.
“Porque lo que más se teme, es una inflación mayor,
devaluación de la moneda y eso significa que conviene tener dólares americanos.
Entonces es una situación bastante difícil”, refirió.
En lo que respecta el contexto internacional, Romero señaló
que Bolivia ya estaba catalogada, después de Venezuela, como la región con
mayor riesgo país, indicador que es elaborado por JP Morgan, y que una
situación como esta, empeora aún más la imagen económica del país.
“La inversión extranjera se limita, se restringe más el
venir a Bolivia, porque nadie va a atraer sus capitales a un país con
indicadores negativos, con posibilidades de crisis cambiaria, mucho más aguda,
una devaluación, además crisis fiscales, posiblemente puede entrar en default
por una balanza de pagos ya desequilibra, además hemos tenido un déficit fiscal
del año pasado del 11%”, apuntó.
Romero enfatizó que no solamente se consideran estos
aspectos, sino que también se analiza lo político, y al advertir que existe un
quiebre en la gobernabilidad y gobernanza, sumado los conflictos políticos y
sociales que ocurren en el país, ahuyenta más la inversión extranjera.
El País
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