El mandatario demócrata Joe Biden y su predecesor republicano Donald Trump, casi empatados en las encuestas, se enfrentan este jueves en el primer debate de las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, después de meses de ataques verbales.
Los votantes estadounidenses podrán seguir por televisión
este cara a cara que se anuncia tenso a partir de las 21H00 locales (01H00 GMT
del viernes) en Georgia (este), uno de los estados más disputados en los
comicios.
El demócrata de 81 años, que llegó a Atlanta, la capital de
Georgia, seis horas antes del debate, y el republicano, de 78, van codo con
codo en los sondeos.
Según una encuesta publicada el miércoles por la Universidad
de Quinnipiac, Trump aventaja por primera vez a Biden con 49% frente a un 45%
de la intención de voto a nivel nacional. Otra difundida el domingo por la
cadena Fox beneficiaba por el contrario al demócrata (50% contra 48%).
Biden y Trump
Ambos candidatos esperan que el enfrentamiento de hora y
media les permita ganar votos entre los indecisos, que podrían ser claves en
noviembre.
Los demócratas pagaron vallas publicitarias en Atlanta,
donde se llevará a cabo el debate, en las que dan la bienvenida a Trump como
«delincuente convicto» por la justicia.
Otros anuncios advierten del «programa extremista» del
expresidente y lo describen como un peligro para la democracia, con imágenes
del asalto de sus partidarios al Congreso hace tres años y medio.
En su red Truth Social, Trump les devolvió la pelota
acusando a Biden de ser «una amenaza para la democracia y una amenaza para la
supervivencia y existencia del país». Y en un comunicado su equipo de campaña
lo tachó de mentir a la ciudadanía sobre la seguridad en la frontera con México
y la migración.
Biden se presenta como garante de la democracia frente a un
rival temperamental y propenso a digresiones falsas que nunca reconoció su
derrota en 2020.
Normas estrictas
El debate será moderado por dos periodistas de la CNN, Jake
Tapper y Dana Bash, siguiendo unas reglas estrictas.
En un intento por evitar la cacofonía del primer debate de
2020, durante el cual Biden y Trump se pasaron hora y media gritando e
interrumpiéndose, la cadena apagará el micrófono a cada candidato cuando
termine el tiempo de respuesta estipulado.
Además, el programa se desarrollará sin público ni
teleprónter, el dispositivo que permite mostrar textos a los oradores para que
los lean sin apartar la mirada de la cámara.
Biden, el presidente más viejo de la historia del país, pasó
días preparando el debate con sus asesores. Tendrá que tranquilizar al país,
más preocupado por su evidente deterioro físico que por el de su oponente, pese
a que Trump solo es tres años más joven.
«En los medios de comunicación, muchos ya están dispuestos a
entregarle un trofeo a Joe Biden si logra permanecer de pie durante 90
minutos», estimó Jason Miller, un asesor de la campaña republicana.
El expresidente insinúa que su rival será «dopado» antes de
comparecer ante las cámaras.
Visiones contrapuestas
Estas elecciones enfrentan dos visiones radicalmente
opuestas de Estados Unidos que giran sobre todo en torno al poder adquisitivo y
la migración.
Biden intenta desmarcarse de la retórica de su rival, que
acusa a los migrantes, muchos de ellos latinoamericanos, de «envenenar la
sangre» del país.
El debate de este jueves será excepcional en todos los
sentidos.
Nunca antes los estadounidenses habían tenido que decidir
entre candidatos tan viejos ni sopesar si confían las llaves de la Casa Blanca
a un expresidente declarado culpable en un caso de pagos ocultos a una actriz
porno y que se expone a una pena de prisión.
Tienen otra opción: el candidato independiente Robert
Kennedy Jr, que denuncia su exclusión del debate.
Este sobrino del asesinado expresidente John Fitzgerald
Kennedy, con muy pocas posibilidades de ganar, celebrará un acto el jueves en
Los Ángeles (California), que será retransmitido en directo por la plataforma
X.
Está previsto un segundo debate el 10 de septiembre, dos
meses antes de los comicios.
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