El botadero de K’ara K’ara, que servía para el depósito de la basura generada en el municipio de Cochabamba, está cerrado desde el pasado 21 de abril por una orden judicial.
Desde entonces, se fueron acumulando toneladas de basura en
distintos espacios públicos de la ciudad en medio de olores insoportables cerca
de las montañas de residuos y de constantes temores de que ocurra algún brote
epidémico.
Mientras las calles permanecen llenas de basura, la Alcaldía
rescindió el contrato que tenía con el Consorcio Complejo Industrial Verde y
suscribió otro acuerdo con el Complejo Industrial Cochabamba Tunqui LTDA.
En pasadas horas, el alcalde de Cochabamba y precandidato
presidencial, Manfred Reyes Villa, informó que rescindió “el contrato de la
compañía de basura por incompetencia” y que se está realizando “un operativo de
recolección de basura para normalizar la situación”.
“Continuaremos con la recolección de basura. Nada nos
detendrá hasta tener una ciudad limpia de nuevo. Nunca más los intereses de
unos sobre la salud de todos”, aseguró Reyes Villa en sus redes sociales.
Sin embargo, al cumplirse este domingo 14 días de la crisis,
todavía no se encontró una solución definitiva.
La Alcaldía intentó llevar la basura a una celda de
emergencia en Cotapachi, pero se encontró con la oposición de otros municipios:
Quillacollo y Colcapirhua.
En el caso de Colcapirhua, sus vecinos instalaron un bloqueo
en la avenida Blanco Galindo desde el sábado y esta protesta, en las últimas
horas, se extendió hasta la avenida Víctor Ustáriz, donde los manifestantes,
incluso, fueron gasificados por la Policía.
El Deber
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