En las últimas dos semanas el precio del dólar en el mercado informal ha mostrado un leve descenso y se ha mantenido estable. En la capital de Tarija, las casas de cambio están ofreciendo la moneda estadounidense a un precio de compra de 10,40 bolivianos y de venta de 10,54. Aunque esta estabilidad ha traído un respiro, el valor sigue muy por encima del tipo de cambio oficial, que se mantiene en 6,96 bolivianos para la venta y 6,86 para la compra, según el Banco Central de Bolivia (BCB).
Sin embargo, las entidades financieras no están vendiendo
dólares, una situación que ha ido empeorando desde el inicio de la crisis de
divisas. Este déficit ha favorecido al mercado informal, donde los operadores
han capitalizado la alta demanda estableciendo precios que varían, según la
coyuntura política y social del país.
El origen de la escasez
La crisis de dólares en Bolivia se remonta a los meses de
febrero y marzo de 2023, cuando las entidades financieras comenzaron a
restringir la venta de la divisa. Esta falta de oferta oficial provocó un alza
descontrolada en el mercado paralelo, alcanzando altos niveles en agosto de
este año, cuando el dólar llegó a cotizarse hasta en 15 bolivianos en algunas
casas de cambio. Aunque este máximo histórico fue breve, marcó el punto más
crítico de la crisis.
Desde entonces, el valor del dólar ha experimentado
fluctuaciones, influenciadas tanto por factores internos como por la
inestabilidad en el mercado internacional, pues tras el pico de agosto, el
dólar comenzó a depreciarse, llegado a costar 7 bolivianos. Sin embargo, el
precio repuntó en las semanas siguientes, manteniéndose por encima de los 10
bolivianos, y llegando en ocasiones hasta los 13.
A pesar de la estabilización en el mercado paralelo, persisten
las dificultades para acceder a dólares en las entidades financieras. Los
bancos no están ofreciendo la divisa a sus clientes, y en algunos casos han
restringido incluso las transacciones digitales. Para aquellos que tienen
ahorros en dólares, la situación es aún más frustrante, ya que no pueden
retirar su dinero en esa moneda y solo se les permite hacerlo en bolivianos,
aplicando el tipo de cambio oficial.
Aunque la caída y estabilización del dólar en el mercado
informal ha sido recibida con cierto alivio, el panorama económico sigue siendo
incierto, al menos así lo indicó uno de los cambistas del Mercado Campesino,
quien señala que este sector trabaja con un alto riesgo de pérdida, no solo por
lo que sucede en Bolivia, sino también en Argentina, que es el lugar de donde van
a traer la divisa americana.
El cambista manifestó que la falta de acceso a dólares en el
sistema financiero formal ha generado una dependencia en el mercado paralelo,
donde los precios son fluctuantes de un día a otro.
Mientras tanto, los ciudadanos y las empresas que dependen
del dólar para transacciones internacionales y ahorros siguen lidiando con las
limitaciones impuestas por la escasez.
El Banco Central de Bolivia ha mantenido el tipo de cambio
fijo, pero la falta de circulación de divisas plantea interrogantes sobre
cuánto tiempo podrá sostenerse esta política.
El análisis
El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando
Romero, señaló que el hecho de haberse establecido el precio del dólar entre 10
a 11 bolivianos en el mercado paralelo, obedece a que las personas que
compraban esta divisa al por menor, como una forma de ahorro, han tenido
dificultades para seguir comprando, esto debido a la inflación, que hace
priorizar la compra de productos de consumo.
Pese a esa relativa estabilidad, dijo Romero, el dólar sigue
caro, lo que ha influido negativamente en las importaciones, sea tanto en el
mercado formal como el informal. Refirió que las estadísticas muestran que
entre enero a agosto de este año, comparando con la gestión pasada, hubo una
caída del 14%, lo que refleja que por esta simple caída de mercado también cae
la demanda de dólares.
El analista manifestó que esta baja en la demanda de dólares
también ha estado influencia por la coyuntura política y social del país, que
van desde las peleas del MAS, los incendios, las elecciones judiciales, lo que
ha desenfocado a los agentes micros de esa necesidad o requerimiento.
Romero señaló que existe la probabilidad que por fin de año
nuevamente haya un alza del dólar, esto debido a la demanda que realiza la
población, sea para la compra de regalos, viajes al exterior y otros aspectos.
Bolivia y el tipo de cambio fijo del dólar
Si bien desde hace más de dos décadas que se aplica la
“bolivianización” de la economía, los incentivos del Estado para dejar de usar
un sistema bimonetario, permitieron de cierto modo estabilizar la economía
nacional, estableciendo un tipo de cambio fijo para el dólar.
El analista Fernando Romero explica que haber prolongado
este tipo de cambio fijo, ha generado “proteccionismo inflacionario”, que era
factible cuando el país tenía ingresos extraordinarios por la venta de materia
prima. Pero a medida que cayó la renta del gas, han disminuido los ingresos y
ha reducido la capacidad del Banco Central de Bolivia de mantener este tipo de
cambio fijo.
Agregó, que esto va a llevar al país a una mayor inflación,
lo que golpeará aún más la economía nacional.
El País
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