Tras semanas de ilusión azulgrana por la vuelta de Leo Messi, el astro argentino pone rumbo a Miami, impulsado por temor a que el Barcelona no pudiera finalizar el fichaje, pese a sus ganas de volver a la capital catalana.
"Después de haber vivido lo que viví y la salida que
tuve (hace dos años), no quería volver a estar en la misma situación y esperar
ver que iba a pasar", afirmó Messi el miércoles al anunciar su decisión de
fichar por el Inter de Miami.
En una entrevista conjunta con los diarios Mundo Deportivo y
Sport, el argentino recordó como después de esperar hasta el último minuto hace
dos años, al final no se pudo hacer su renovación y tuvo que salir de urgencia
hacia el París Saint-Germain, donde pasó "dos años en los que no era
feliz".
"Si bien escuché que LaLiga había aceptado todo y que
estaba todo bien para que vuelva, todavía faltaban muchísimas otras cosas"
como salida de jugadores o rebaja de salarios para que el Barça pudiera cumplir
con el fair play financiero que impone LaLiga, explicó Messi.
El club azulgrana tiene que rebajar su masa salarial o hacer
nuevos ingresos por al menos 200 millones de euros (214,6 millones de dólares)
para poder acudir al mercado sin penalización.
Aunque LaLiga aprobó el plan de viabilidad del Barcelona,
hasta que no se produzca esa rebaja, el conjunto azulgrana sólo puede operar
con la regla del 40%, es decir, de cada 100 millones de euros ahorrados, sólo
puede dedicar 40 a fichajes.
- 'Ilusión innecesaria' -
De esta manera, y con la necesidad de regularizar la
situación de jugadores como Gavi, Ronald Araujo, y acometer otros fichajes, el
Barcelona tenía que vender jugadores para hacer sitio a Messi.
Unas ventas que pueden llevar tiempo y que tampoco tienen un
final garantizado.
"La ilusión se genera porque hablamos los dos, nos
hacía ilusión a todas las partes, primero a él, luego a mí y luego al club,
pero las circunstancias no se han dado", afirmó este jueves el técnico del
Barça, Xavi Hernández, en una entrevista con el medio Jijantes en Twitch.
El Barcelona, tanto por boca de su presidente Joan Laporta
como de su entrenador, venía hablando desde hace semanas de la posibilidad de
la vuelta de Messi, cuyo nombre coreaba el estadio Camp Nou en cada minuto 10
de partido, coincidiendo con su número.
"Durante las últimas semanas, desde el club se alimentó
la esperanza de su regreso y eso ha generado una desilusión innecesaria",
consideró este jueves en su columna, el director de Sport, Joan Vehils.
"Haremos todo lo que se pueda" para que Messi
regrese al Barça, había afirmado Laporta a mediados de mayo también a Jijantes,
apostando por apelar a los sentimientos más que a lo económico, consciente de
la imposibilidad de luchar con otras ofertas.
"Con todos los respetos para Arabia Saudí, el Barça es
el Barça, y es su casa", afirmaba entonces Laporta, sabedor de las
estrecheces del club, que impedían hablar de números concretos.
- "Quizás" -
Aunque el Barcelona afirmó el jueves que ya había presentado
una oferta a Messi, el astro argentino dijo que "se pasó una propuesta,
pero no fue una propuesta formal, ni escrita ni firmada porque todavía no había
nada y no sabíamos si se iba a poder hacer o no".
"Era la intención, pero no podíamos adelantar
nada", añadió el astro argentino, que no niega que "tenía muchas
ganas, mucha ilusión de poder volver".
Messi "no esperó porque no se cumplieron todas las
condiciones para que no se repitiera el peor episodio de su vida", aseguró
este jueves en una columna el director de Mundo Deportivo, Santi Nolla.
"Si Leo hubiese esperado, quizás el Barça hubiera
equilibrado el fair play financiero, quizás hubiera convencido a Tebas, quizás
hubieran vendido a Ansu Fati, Kessie o Ferran y quizás entonces, le hubieran
convencido", añadió Vehils.
"Sin embargo, alguien debió pensar que con un 'quizás'
no se puede convencer al mejor futbolista de la historia", concluyó.
Agencias
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