Al cumplirse un año del triple asesinato de policías en el camino a Porongo, la expareja del sargento Eustaquio Olano, denunció que se “negoció por debajo” el honor de las víctimas. Ella es Marina de Olano que se refirió al triple crimen registrado hace un año en el camino a Porongo y al desistimiento presentado por los familiares.
Marina de Olano manifestó que estaba indignada por
considerar que “negociaron por debajo” el honor de las víctimas. “Estoy
indignada a un año del crimen. Han negociado por debajo, creen que somos
tontos, pues el actuar del juez y del abogado da mucho que desear. Pedimos
justicia con una sentencia con la máxima pena para los culpables. Están
metiendo plata por debajo, el ser humano no tiene precio. La dignidad no tiene
precio. No estamos de acuerdo ni lo vamos a permitir”, dijo la expareja.
Al concluir la misa, Carmen Olanis Mamani, madre del
sargento Eustaquio Olano precisó: “seguiré caminando en busca de justicia para
mi hijo”.
Olano junto a su camarada Alfonso Chávez y el voluntario del
Gacip, José Candia, fueron asesinados el 21 de junio de 2022.
La madre de Olano llegó ayer para participar de una misa en
memoria de los tres asesinados en el templo de Porongo. Carmen Olanis, al salir
del templo y sosteniendo en sus manos la fotografía de su hijo -que lucía su
uniforme verde olivo- dijo que llegó de La Paz y viene a clamar por justicia
para su hijo.
“Le pido a las autoridades que me hagan lo posible y le den
30 años de cárcel, a los que asesinaron a mi hijo. Nadie quiere hablar conmigo,
pero voy a seguir caminando todo por mi hijo aunque a mí más me maten. A mi
hijo lo vendieron en vivo”, dijo la mamá.
Carmen Olanis, manifestó que Eustaquio era un gran
profesional que siempre, caminaba a su lado y que seguramente no descansa en
paz porque su esposa y los otros desistieron. “A mí, como madre, nadie me
llamó. Ni la esposa para desistir, soy su madre, yo jamás desistiré, seguiré
adelante. Iré donde sea por mi hijo así me cierren las puertas. La Policía
nunca me dijo nada siendo yo la madre”, reclamó.
La mamá aseguró que estará algunos días en Santa Cruz,
tratará de hablar con el comandante, pero que está muy dolida con la decisión
de los otros de desistir. “Yo nunca desistiré porque es mi hijo el que murió”,
dijo.
Hace casi un mes, la Fiscalía emitió resolución de
sobreseimiento en favor del abogado Rodrigo Gonzales, del mayor Muñoz, Álvaro
Julio Muñoz y del colombiano Esteban Beltrán Muñoz. Asimismo, el Ministerio
Público presentó acusación formal por asesinato y pidió 30 años de cárcel para
Misael Nallar Viveros, el principal acusado, para su hermano Widen Nallar Noda
y Jassir Góngora,-detenidos en la cárcel- y para Édgar Dorado Menacho, que permanece
prófugo de la justicia.
Algunos familiares de las víctimas denunciaron parcialidad
del juez Rodrigo Vedia por aceptar los pedidos de los acusados del crimen y no
atender a la defensa de los policías asesinados.
Antes de que la Fiscalía presente acusación y dicte
sobreseimiento, desaparecieron pruebas consideradas clave. De la Policía de La
Guardia desapareció una motocicleta que fue utilizada por los sicarios para
trasladarse hasta el lugar y eliminar a balazos a los policías. Asimismo, se
evidenció la desaparición y manipulación de los teléfonos de los tres
uniformados muertos.
Para la abogada defensora de la Red Ciudadana, Jessica
Echeverría, hubo mucha sobreprotección a Misael Nallar que no pudo sustentar el
origen de sus bienes por lo que la investigación deja más preguntas que
respuestas. La jurista manifestó que se protegió a policías que tenían que
responder como el mayor Álvaro Muñoz y Rubén Aparicio.
Echeverría dijo se vio cómo el narcotráfico perforó a la
Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), pues policías dieron
protección a Misael Nallar. Felicitó a la madre del sargento Olano por salir en
defensa del honor de su hijo. “Un hijo no tiene precio. Lamento mucho que le
pusieran precio a sus muertos”, dijo la jurista y ratificó el valor de una
madre de continuar caminando en busca de justicia. La jurista agregó que
lograron apartarla de la defensa en el presente caso.
El Deber
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