Un pacto fiscal es un asunto serio, pues tiene que ver principalmente con encontrar mecanismos consensuados de sostenibilidad de las finanzas públicas reduciendo las inequidades existentes sobre la distribución de los recursos nacionales cuyo objeto es, financiar la ejecución de competencias en los diferentes niveles del estado.
La idea de esta serie de publicaciones que vamos a hacer a partir de ahora es, hacer un análisis de los grandes pactos que ha tenido el proceso del ÉXODO CHAQUEÑO hacia la autonomía regional. Pactos políticos, pactos sociales, pactos institucionales, etc. Que han contribuido en el nacimiento de la Autonomía Regional, la consolidación de sus derechos y obligaciones, como así también sus recursos, lo que aún falta hacer y lo que deberíamos de hacer a futuro a fin de procurar de algún modo su sostenibilidad en el tiempo. Vamos a intentar evaluar cuantos pactos más deberíamos de procurar y cuál sería la mejor propuesta para una sostenibilidad de largo plazo de la autonomía Chaqueña.
Si
que hubo grandes pactos sobre la Autonomía Regional, sus competencias y sus
recursos, mucho sacrificio y sufrimiento de por medio en su andar, incluso
algunas bajas de gente noble que lucho férreamente por sus ideales y el amor
que le tienen a este pedazo de girón patrio conocido como el Gran Chaco, pactos
refrendados en múltiples oportunidades, todos con el mismo objetivo, la ansiada
AUTONOMIA:
El
primer gran pacto social dentro del EXODO DE LOS CHAQUEÑOS hacia la
Autonomía Regional, EL PACTO DEL QUEBRACHO, por el año 1983 cuando
cansados del secante centralismo de sus ciudades capitales – Santa Cruz,
Chuquisaca y Tarija -, 16 comités cívicos de área de influencia del Chaco
Boliviano reunidos en la benemérita ciudad de Villa Montes, deciden firmar EL PACTO
DEL QUEBRACHO, expresión de insatisfacción respecto a sus anhelos de
autodeterminación, de autogobierno y de administración de sus riquezas y
recursos, manifestando así sus intenciones de crear el DÉCIMO DEPARTAMENTO O
DEPARTAMENTO DEL CHACO, conformado por el chaco tarijeño, chuquisaqueño y
cruceño.
El segundo pacto, año 1984. Bajo
la presidencia de don Herman Siles Suazo (10 de octubre de 1982 – 6 de agosto
de 1985), mediante promulgación del Decreto Supremo 20281 (del 5 de junio de
1984) se organiza la Comisión Nacional de Descentralización Administrativa,
como mecanismo para aplacar las presiones de los comités cívicos, autorizó la
organización de Consejos Consultivos de Participación Social, como mecanismo
para concretar las iniciativas referentes al proceso de descentralización
administrativa. Ya se habla de Gobiernos Departamentales en lo político y en lo
administrativo como representantes del poder ejecutivo a cargos de los
Prefectos.
Un tercer
gran pacto, La Ley Nacional Nº 1551 de Participación Popular promulgada el 20
de abril de 1994 bajo la presidencia del Licenciado Gonzalo Sánchez de Lozada
(6 de agosto 1993 – 6 de agosto 1997 y 6 de agosto de 2002 – 17 de octubre de
2003) nace ante las demandas de los Comités Cívicos, y el
gobierno logra un consenso sobre los aspectos fundamentales de la
descentralización, posteriormente, un cuarto pacto, se promulga La Ley Nacional
Nº 1606 del 22 de diciembre de 1994 de Modificaciones a la Reforma Tributaria,
, que crea el Impuesto Especial a los Hidrocarburos y Derivados - (IEHD), del
cual, el 25% es transferido a las Prefecturas Departamentales, dándole forma a
sus ingresos.
Un
quinto pacto, la Ley Nacional Nº 1654 de Descentralización
Administrativa promulgada el 28 de julio de 1995. Disuelve las corporaciones de
desarrollo y transfiere su patrimonio a las prefecturas del departamento, ya se
habla de regalías hidrocarburiferas, coparticipación, IEHD y asignación del
fondo de compensación departamental para las prefecturas. Comienzan a consolidarse
los ingresos Departamentales y la necesidad de recibir una justa parte de
aquellos ingresos toma fuerza en el Chaco, teniendo en cuenta que de ahí
provenían la mayor parte de los recursos hidrocarburiferos que beneficiaban no
solo al departamento de Tarija, sino a todo el país.
El sexto pacto, La
MANCHABOL (Mancomunidad de los Municipios del Chaco Boliviano). En Camiri,
en febrero del 2002, nuevamente los comités cívicos del chaco retoman el Pacto
del Quebracho, llegando incluso a proponerle al entonces presidente de la
Republica - Carlos Daniel Mesa - un referéndum para poner en consideración la
creación del DÉCIMO DEPARTAMENTO, demanda que finalmente no fue atendida
y más por el contrario fue duramente cuestionada por otros comités cívicos de
los departamentos involucrados y otros comités del resto del País, sin embargo,
el sueño de un chaco autónomo continúo calando dentro del corazón del pueblo
chaqueño y en ese mismo año se consolidaría la Mancomunidad del Chaco Boliviano
(MANCHABOL), con la participación de los 16 municipios de los tres
departamentos que forman la macroregión del chaco, con el objetivo de lograr
mayor fortalecimiento político institucional para concretar alianzas
estratégicas que impulsen un proceso de desarrollo a largo plazo.
Séptimo
pacto y talvez el más importante dentro del proceso del éxodo hacia la
autonomía regional, la Ley Nacional Nº 3038 del 29 de abril de 2005, fue
el primer pacto sobre las regalías, esta norma tiene por objeto dejar por
sentado que del 45% de las regalías que recibe el Chaco por concepto de
explotación hidrocarburifera, deben destinarse a los municipios de Yacuiba,
Carapari y Villa Montes, 10% para cubrir la competencia salud y 10% para
educación. Para que esta Ley suceda hubo un gran pacto (político) en el
parlamento nacional de la gestión 2005. El 45% de las regalías del Chaco se
hacían una realidad.
Continuara….
Lic. Ivar Renán Cruz Gareca
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