El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que va a poner a la venta permisos de residencia para cualquier migrante que pueda pagar los cinco millones de dólares que cuesta cada unidad de la llamada ‘Tarjeta Trump’: un billete de color dorado dominado por el rostro y la firma del mandatario.
«Por cinco millones podría ser suya», dijo Trump ante los
medios durante un viaje en el avión presidencial, el Air Force One, mientras
enseñaba la tarjeta. «Soy su primer comprador», ha explicado Trump, antes de
asegurar que saldrán a la venta «en unas dos semanas», sin dar más detalles.
«Muy excitante, ¿verdad?».
El presidente de Estados Unidos y su secretario de Comercio,
Howard Lutnick, llevaban semanas avanzando esta iniciativa, que comenzó a
germinar en febrero. Lutnick ha llegado a asegurar que hasta un millón de
personas podrían comprar esta tarjeta que tiene la intención de sustituye al
visado EB-5, reservado para inversores y que ya había conseguido colocar «cinco
mil millones de dólares» en 1.000 tarjetas vendidas; un montante que será
destinado a paliar el déficit público (que asciende a unos 36,2 billones de
dólares).
Los EB-5 fueron creados por el Congreso de EEUU en 1990 como
un método para que los inmigrantes obtuvieran la residencia permanente previa
inversión de al menos un millón de dólares en una empresa (u 800.000 dólares en
una zona de bajos ingresos) que empleara al menos a diez personas.
Durante el primer trimestre fiscal de 2025, es decir, desde
el 1 de octubre al 31 de diciembre de 2024, han sido emitidos 4.608 visados de
este tipo, según los datos del Departamento de Estado de EEUU.
La idea, explicó Lutnick hace dos semanas en el podcast
económico All-In, partió de una reunión entre Trump y el multimillonario John
Paulson, fundador del fondo de inversión Paulson & Co., y que el mecanismo
para la venta correrá a cargo del asesor presidencial y magnate Elon Musk, «que
se está encargando de construir el software».
Lutnick destacó la flexibilidad adicional que ofrece esta
nueva modalidad, y puso como ejemplo la posibilidad de «paquetes familiares» —
aunque sin rebaja de precio por unidad — para que «si algún día ocurre algún
desastre, no lo quiera Dios», sus poseedores y sus seres queridos «puedan tener
la opción de escapar todos juntos al aeropuerto para volar a Estados Unidos,
que les dará la bienvenida».
La Razón
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