La renta petrolera en Bolivia, por la actividad hidrocarburífera específicamente, sumó entre el 2005 al 2023, más de 45 mil millones de dólares, descontando los costos de transporte y de procesamiento de los hidrocarburos.
La información es del investigador de la Fundación
“Jubileo”, Raúl Velásquez Guzmán, que está exponiendo la última publicación
sobre el tema, para los medios de comunicación, como los observadores y gente
entendida en el rubro hidrocarburífero.
De los 45 mil millones de dólares, cerca del 45% han sido
destinados a gobernaciones, municipios y universidades estatales, el resto fue
al gobierno nacional, a través del TGN (Tesoro General de la Nación) o YPFB por
la ganancia en los contratos.
Desde el 2006, que empieza esta participación de YPFB en la
ganancia de los contratos, hasta el 2023, ha recibido casi 7 mil millones de
dólares, se suponía que ese dinero debía haber servido para explorar y
encontrar hidrocarburos, lo que no sucedió.
Por eso la producción de gas en Bolivia cayó en 47%, la de
carburantes líquidos en 57%, por esto la situación del rubro en el país es
complicada, además pone en evidencia que YPFB no ha sabido utilizar este dinero
para explorar y explotar hidrocarburos, comentó.
Velásquez precisó que Bolivia recibió en total 63 mil
millones de dólares por los hidrocarburos entre 2005 y 2023, sin embargo, de
ese total el 29% corresponde a costos recuperables, costos de transporte y
otros, el 71% fue la renta petrolera y el pago a las petroleras.
El 82% de este 71%, quedó para el estado, por patentes,
regalías e IDH y el 18% fue a las petroleras privadas, agregó al aclarar que la
renta petrolera no es todo lo que se logra por la venta de hidrocarburos, se
descuenta costos de operación y de transporte.
De los 45 mil millones, a Tarija llegaron, entre el 2005 y
2023, cerca de 6 mil millones de dólares. Preguntado si se conoce el destino de
este dinero como el que ingresó a Bolivia, Velásquez contestó que esa es una de
las grandes interrogantes que hay en Bolivia.
Ni el gobierno ni las gobernaciones ni los municipios ni las
universidades, menos el Fondo Indígena, transparentan en qué gastaron las
regalías e IDH, estas entidades muestran su presupuesto a nivel global, pero no
especifican el uso preciso del dinero.
El Periódico
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