Durante años tuve la fortuna de recorrer diferentes lugares del mundo. Hoy me permito escribir esta nota sobre Buenos Aires, un lugar donde reside una numerosa comunidad boliviana, compuesta por decenas de miles de compatriotas que emigraron a este país en busca de un futuro mejor.
Hace 20 años nadie dudaba de su éxito, ya que los bolivianos se destacan por su dedicación al trabajo y por llevar un estilo de vida responsable cuando están fuera de su tierra.
Sin embargo, durante los últimos 16 años, las políticas implementadas por algunos anteriores gobiernos llevaron a un deterioro significativo de la economía argentina. Surgieron fenómenos como los “piqueteros” y los “trapitos”, personas que recibían subsidios estatales a cambio de participar en manifestaciones políticas, muchas veces sin entender el trasfondo, eso afectó el tejido social.
Recuerdo haber visto personas viviendo en las calles y buscando alimentos en los basurales, en un país rico. Hasta hace un año esos problemas habían alcanzado un punto crítico.
Sin embargo, en mi última visita a Buenos Aires, me sorprendió gratamente encontrar un panorama diferente. Gracias a los esfuerzos del nuevo Gobierno, la economía muestra signos de recuperación y las calles de la ciudad han recobrado su orden y vitalidad.
Vías icónicas, como Florida, Lavalle y Corrientes, ahora lucen limpias y llenas de vida, con bares y cafés al aire libre que recuerdan la Buenos Aires de antaño. Durante mi estadía me alojé en el Hotel Rochester, un excelente lugar con precios accesibles para turistas. Allí, el propietario, Julio Dudo, y el director de operaciones, Máximo Sanguinetti, me confirmaron que los cambios en el país han sido significativos.
Aunque los precios aumentaron tras la eliminación de algunos subsidios, en los últimos meses, se ha observado una reducción considerable, en la ropa que se abarató hasta un 50% y otros productos casi un 30%.
Es cierto que aún persisten desafíos, pero los avances logrados en tan sólo un año son notables. Según informes oficiales, Argentina ahora cuenta con reservas de aproximadamente 22 mil millones de dólares, y el riesgo país ha disminuido significativamente. Esto refleja un cambio estructural que genera esperanza de que Argentina pueda recuperar el esplendor que alguna vez tuvo.
A mi parecer, si este ritmo de recuperación continúa, Argentina tiene un futuro prometedor. Será emocionante ver cómo este país, con su rica historia y cultura, logra superar los retos del pasado y encaminarse hacia un mejor porvenir volviendo a ser cómo decían antes “el país con su agricultura puede alimentar al mundo”.
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