En el ambiente de las mafias se la conoce como “la paraguaya”. Es la ruta de moda de los narcotraficantes que hace una triangulación de países: Bolivia, que es el país productor, Paraguay y Argentina, donde se utilizan sus puertos para sacar la cocaína de lujo a Europa. En esta ruta existe una particularidad: el traslado de cocaína desde el Chapare por el Chaco boliviano al Chaco paraguayo. Esta ruta se hace en avionetas, mediante la contratación de pilotos avezados y hasta militares.
Según la información que manejan las policías de los tres
países, la primera escala suele ser en campos de Chaco o Santiago del Estero.
Para después “bajar” por tierra hasta Buenos Aires. Y desde allí, los llamados
“ejecutivos” de la cocaína harán el mayor negocio que existe en el sector:
exportarla a Europa escondida en contenedores que parten desde los puertos. Por
el kilo que pagan en el norte argentino a 2.500 dólares reciben 26.500 euros
(28.000 dólares) en España.
Los del microtráfico compran y venden droga en monedas de
cada país, y comercializan cocaína de baja calidad. Los del macro hacen las
transacciones en dólares, y solo ofrecen productos con al menos el 85% de
pureza. Ellos, más que delincuentes, se definen como grandes comerciantes de un
producto ilegal, que los puede llevar a la cárcel. En un solo envío de 1.000
kilos a Europa pueden ganar hasta 24 millones de dólares.
Zona roja
El Chaco compartido por Bolivia, Argentina y Paraguay se
convirtió en zona roja del narcotráfico. En el lado boliviano se asentaron
grupos criminales extranjeros que operan con clanes familiares nacionales y
policías. Mientras que los bandos paraguayo y argentino son las zonas donde la
droga llega para luego enviarla a Europa o África.
El Chaco boliviano está loteado por mafias extranjeras que
coordinan con clanes familiares. En el Ministerio Público Fiscal de la
Provincia de Salta, en Argentina, vinculan a varios clanes con grupos poderosos
de narcos argentinos y paraguayos. Por esta ruta es que salía la droga que era
gestionada y producida por ciudadanos paraguayos que se asentaron en el
Chapare.
Según un informe policial, en el Chapare algunos comunarios
trabajan junto a narcotraficantes brindándoles protección y vendiendo hojas de
coca. El viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, se refirió al
último hecho que sucedió en Corani Pampa, donde torturaron y asesinaron a cinco
personas tras un fallido negocio de ventas de armas de fuego.
La autoridad dijo que el único detenido hasta ahora -quien
confesó haber matado a cuatro personas- es dirigente de las federaciones
cocaleras del trópico de Cochabamba. Lo mismo que otros participantes de este
macabro hecho.
El Deber
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