El presidente Luiz Inácio Lula da Silva suspendió el lunes una visita de Estado a Chile, inicialmente prevista para el 17 y 18 de mayo, debido a la catástrofe de las inundaciones en el sur de Brasil.
La presidencia señaló en un comunicado "la necesidad de
monitorear la situación de las inundaciones en Rio Grande do Sul y coordinar la
atención a la población afectada y las tareas de reconstrucción". Por el
momento no hay una nueva fecha prevista para el viaje de Lula.
Nuevas lluvias torrenciales golpearon el fin de semana el
estado de Rio Grande do Sul y elevaron otra vez los niveles de los ríos.
Según el balance de Defensa Civil del lunes, las
inundaciones dejan 147 muertos y 127 desaparecidos. La devastación obligó
además a más de 600.000 personas a abandonar sus casas. De ellas, casi 81.000
se encuentran en refugios montados en escuelas, clubes deportivos y otros
establecimientos.
Las evacuaciones continúan y el gobernador Eduardo Leite
pidió el domingo a la población que no se arriesgue a volver a sus viviendas,
muchas amenazadas por nuevos ascensos de las aguas o deslizamientos de tierras.
Las autoridades trabajan en distribuir suministros y
donaciones entre los damnificados, mientras voluntarios, bomberos y militares
continúan realizando operaciones de rescate de personas atrapadas en sus casas.
Importantes autovías y carreteras están total o parcialmente
cortadas. El aeropuerto internacional de la ciudad de Porto Alegre, la capital
del estado, continúa bajo agua.
La agencia meteorológica MetSul alertó el lunes sobre la
llegada de un frente frío a Rio Grande do Sul, que complicará la situación de
los evacuados.
No obstante, informó que esta semana lloverá menos que en
los últimos días e incluso las lluvias se alternarán con momentos de sol.
El nivel del río Guaíba, que atraviesa Porto Alegre, vuelve
a crecer y podría superar el pico inédito de 5,35 metros que alcanzó el 5 de
mayo y llegar a 5,5 m en los próximos días, dijo Defensa Civil.
Agencias
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