El gerente general de Boliviana de Aviación (BoA), Juan José Galvarro, informó que la aerolínea estatal registra un déficit acumulado de Bs 215 millones entre enero y octubre de este año, lo que contradice la versión de la anterior administración que aseguraba que la empresa había logrado un superávit.
“La información no es veraz. La realidad es que, de enero a
octubre de 2025, la empresa tiene un déficit de Bs 215 millones”, afirmó
Galvarro, quien asumió el mando de la compañía en noviembre, durante el inicio
de la gestión del presidente Rodrigo Paz.
El gerente detalló que la mitad de la flota está paralizada
por falta de mantenimiento y repuestos. De las 20 aeronaves con las que cuenta
la empresa, 10 no están operativas, aunque BoA pagaba por alquiler por todas.
“El resultado es que actualmente tenemos una deuda con los
dueños de los aviones por 19 millones de dólares y, haciendo la suma total
entre la deuda con los talleres reparadores, el monto se aproxima a 37 millones
de dólares”, detalló el gerente.
Explicó que la planificación anual contemplaba operar con 12
aeronaves, pero en noviembre llegaron a volar solo con ocho, lo que derivó en
demoras, cancelaciones y el incumplimiento de itinerarios previamente
comercializados.
-Descartan privatización-
El gerente general también aclaró que la privatización de
BoA no está en agenda. Por el contrario, afirmó que el Gobierno apunta por
alianzas público-privadas para mejorar el servicio y recuperar la confianza del
usuario.
“Estamos trabajando para proteger a los pasajeros y crear
nuevos vuelos; nuestras aeronaves están volando las 24 horas del día para
cumplir una demanda que está insatisfecha”, indicó.
Galvarro aseguró que el objetivo es que la aerolínea vuelva
a ser autosostenible y adelantó que, en un periodo de cuatro meses, BoA podría
recuperar entre 15 y 16 aviones, lo que permitiría ingresar a un escenario más
favorable, con mejoras en eficiencia, puntualidad y atención al cliente.
-Tiene que capitalizarse-
El experto en aeronáutica Álvaro Munguía coincidió en que
BoA no debería ser privatizada, pero sí capitalizada para garantizar su
sostenibilidad.
“BoA tiene que capitalizarse; no privatizarse, sino
capitalizarse”, afirmó. Señaló que este proceso debe asumirse como política de
Estado y ejecutarse en un plazo de dos meses, con la participación de una
administración e inversión extranjera privada.
Munguía explicó que la capitalización consiste en abrir un
porcentaje de las acciones de una empresa para que ingrese un socio estratégico
que aporte recursos y asuma la administración. “Este socio pone dinero y se
hace cargo de la gestión; con eso, se supone que el negocio debe mejorar”,
detalló.
En contraste, agregó, la privatización significa la venta
del 100% de las acciones, lo que implica que el Estado deja de ser propietario.
El Deber
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