La pérdida de la Final Única de la Copa Sudamericana 2025 deja a Santa Cruz sin estadio, sin final continental y sin la millonaria inyección económica que hubiese significado el evento. El retraso en las obras del Tahuichi golpea a Blooming, Oriente y al fútbol boliviano.
Santa Cruz quedó golpeada con una triple mala noticia: sin
final de la Copa Sudamericana, sin estadio terminado y sin los millones de
dólares que hubiese generado la cita continental. La Conmebol oficializó el
traslado de la sede a Asunción, mientras el Tahuichi permanece inconcluso y sin
fecha clara de entrega.
El impacto fue duro. No se trata solo de perder la Final
Única, sino también de la incertidumbre respecto al futuro del Tahuichi. Con
las obras paralizadas y sin un cronograma concreto, el fútbol cruceño y
nacional queda en el aire sobre cuándo volverá a contar con uno de sus estadios
más emblemáticos.
Para dar algo de tranquilidad, la Conmebol aclaró en un
comunicado que continuará con las inversiones en el Ramón Aguilera Costas. “La
Federación Boliviana de Fútbol ya expresó su interés en albergar la final de la
CONMEBOL Sudamericana 2027”, señaló el organismo, aunque sin dar certezas de
plazos inmediatos.
Lo concreto es que hoy no existe una fecha confirmada para
la conclusión de las obras. Mientras tanto, Santa Cruz y el país se ven
privados de un impacto económico enorme que iba mucho más allá del fútbol.
El Deber Sports estuvo en Asunción durante la final de la
Sudamericana 2024 para registrar de cerca la magnitud del evento. La capital
paraguaya recaudó alrededor de 50 millones de dólares en la semana de la
definición, beneficiando principalmente al sector hotelero y gastronómico.
Según datos de Migraciones de Paraguay, la ciudad recibió
más de 40.800 visitantes en esos días, generando un movimiento económico
histórico. En Santa Cruz se esperaba un impacto similar que ahora se esfuma con
el cambio de sede.
Los perjudicados también son Blooming y Oriente Petrolero,
que llevan casi un año sin poder jugar de locales en el histórico escenario
cruceño. Ambos clubes han debido peregrinar por diferentes canchas del
departamento, con el desgaste deportivo y económico que eso implica.
La ilusión de recibir una final continental se transformó en
frustración y pérdidas. Sin partido, sin estadio y sin ingresos, Santa Cruz
deberá esperar al menos hasta 2027 para intentar recuperar el sueño que hoy se
le escapa de las manos.

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