"Por primera vez desde 2019 se han intensificado los efectos del cambio climático en nuestro país, principalmente con las sequías, y esas sequías dan las condiciones para los incendios", inició su entrevista en Bolivia TV Eulogio Núñez, director nacional del INRA, sobre la problemática del fuego.
Dijo que el Centro Nacional de Monitoreo, que aglutina a 11
entidades públicas, permite el cruce de información entre el Ministerio de
Medio Ambiente y Agua (MMAyA), con todas sus entidades, y el Ministerio de Desarrollo
Rural y Tierras (MDRyT), que a través del INRA tiene la base de datos del
catastro.
"Nos indicaban que aproximadamente el 60% de las
cicatrices de quema son en pastizales o en barbechos, no en monte virgen, y un
40% en vegetación de bosque. Un 40% frente a 60%, de 3,8 millones de hectáreas
que ya se identificaron como cicatrices de quema", explicó.
Núñez dijo que esta información se fundamenta en las
cicatrices de quema, o áreas que se identifican como los sitios por donde pasó
el fuego, según el monitoreo. "No son el parámetro para medir por ejemplo
focos de calor, que más bien son una alteración térmica detectada por los
sensores satelitales, y y que no necesariamente son quemas", aclaró.
Ante este panorama, Núñez indicó que es muy importante reconocer
el contexto mundial de crisis climática y remarcó que esos efectos se han
sentido con mucha intensidad en Bolivia desde 2019.
Según él, lo importante para los que tienen la tierra en el
área rural, ya sean pequeños, medianos o grandes productores, es transitar
hacia lo que se llama la resiliencia al cambio climático.
Dijo que son nuevas alternativas productivas, y que la gran
ventaja es que existen productores pequeños, medianos y grandes, tanto en las
macrorregiones del Chaco, Oriente y Amazonía, donde se están sintiendo con más
intensidad estos los incendios, que ya están haciendo estas prácticas de manera
exitosa.
Entre las alternativas para una producción más sustentable,
Núñez dijo que ya está funcionando en la macro o ecorregión del Chaco el sistema
silvopastoril, que no necesita desmonte o chaqueo, sino que más bien implica
sembrar bajo monte.
Dijo que otra alternativa para esta macrorregión del Chaco
tiene que ver con que combinan, por ejemplo, la producción apícola, de las
abejas con aguijón, para la miel, o también la producción con abejas sin
aguijón, conocidas como meliponas.
"Eso sería para en general para lo que sería la
macrorregión del Chaco boliviano y también para la Chiquitania, que se adapta
muy bien, y que muchos productores ya están utilizando", recomendó.
Una tercera alternativa, explicó, y que principalmente tiene
que ver con los medianos y grandes de la agroindustria, para habilitar la
tierra con los grandes desmontes mecanizados, es no quemar los cordones
muertos, sino dejarlos para, por ejemplo, sacar leña, aprovechar la madera, o
esperar que de pronto se vaya descomponiendo la materia vegetal.
Entonces al no quemar eso, viene otra alternativa para el
sector agroindustrial, que es transitar de lo que es la labranza con romplow y
rastra, dejar limpio el terreno para sembrar, y proceder a la siembra directa,
como en otros países. "Por ejemplo, hay producción de soya sin haber
quemado el rastrojo, y de sorgo, o puede ser del maíz", expuso.
Por último, otro consejo para los pequeños productores, que
hacen lo que llaman los chaqueos, es que en vez de quemar los residuos, vía
mecanización habiliten esos terrenos, picando manualmente todos los rastrojos
del barbecho.
Para el Oriente y la Amazonía ofreció los sistemas
agroforestales, "significa combinar a la producción anual, multianual o
plurianual, o sea una mezcla de cultivos, por ejemplo lo que es el chaqueo para
producir cacao, café u otros productos no necesitan utilizar el fuego,
simplemente esos barbechos habilitan y en suelo sucio van sembrando, o sea esas
alternativas ya están funcionando por suerte en Santa Cruz, Beni, Pando, norte
de La Paz, también en Cochabamba y en el Chaco", aseguró.
Núñez además recordó que hay productos de alto valor
económico nutritivo como el asaí, que no necesita fuego, también la castaña, el
cacao, el plátano, el café, el majo, "son parte de estos sistemas
agroforestales que de pronto pues no utilizan fuego, y que están teniendo un
potencial productivo muy alto".
Pastizales
Finalmente, insistió en que de los 3,8 millones de ha
afectadas, se quemaron pastizales principalmente en la Chiquitanía de Santa
Cruz y en las pampas o las sabanas del Beni, "son propiedades medianas y
grandes. Fíjense, queman los pastos, los han quemado siempre de mucho tiempo
atrás; cuando no había el efecto del cambio climático eso se podía
controlar", dijo.
El ejecutivo del INRA insistió que este contexto mundial de
crisis ambiental, con los efectos ya se sienten en el país, con inundaciones,
sequías, cambio en el calendario agrícola, etc., obligan a buscar nuevas
alternativas para la producción.
El Deber
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