Lic. Julia Rosa Ruiz Colque
Con bosques serranos chaqueños albergando una maravillosa
diversidad de especies y ecosistemas, situado en el departamento de Tarija,
provincia Gran Chaco, se encuentra el Parque Nacional Aguarague.
Proteger y preservar la
biodiversidad fue uno de los principales objetivos e ideales de su fundación el 20 de abril del año 2000. ). Un año
después de la institucionalización del Servicio Nacional de Áreas Protegidas
(SERNAP). Proporcionándole la categoría UICN II (Parque Nacional). Área
principalmente manejada para la protección de ecosistemas y la recreación, con
una superficie de 458,22 hectáreas para el Parque Nacional y 624,85 hectáreas
para el Área Natural de Manejo Integrado teniendo una totalidad de 108.307
hectáreas.
Según la
definición de la UICN un Parque Nacional,
es un área terrestre o marina designada a Proteger la integridad
ecológica de los ecosistemas para las
generaciones actuales y futuras, excluir los tipos de explotación que sean hostiles
al propósito con el cual fue designada el área.
Sabemos en la actualidad que el
parque Nacional Aguarague ha sido una zona de exploración y explotación de
hidrocarburos durante décadas, más aun en
la llamada era del Gas, priorizando la generación de recursos económicos
ante la preservación y protección de la biodiversidad, violando el derecho a la
intangibilidad de esta reserva natural. Con normativas “mañosas” disfrazando los
discursos y dejando vía libre para su
vulneración, trayendo consecuencias y daños irreparables al
medio ambiente.
Afectando la gran diversidad de
especies de flora y fauna que coexisten y se desarrollan en estos escenarios naturales,
así también afectando la salud y sostenibilidad de los habitantes de las
diferentes comunidades indígenas originarias que habitan dentro del área de
manejo integrado.
A pesar de los reclamos,
movilizaciones y convenios las actividades hidrocarburiferas no cesaron en la
reserva natural. En la actualidad se
encuentran vestigios de lo que fueron trabajos intensos para la búsqueda del
llamado oro negro y consecuencias devastadoras;
entre ellas las filtraciones de petróleo generados por daños en las estructuras.
Siendo la única fuente de agua del chaco tarijeño la protección de esta serranía
es fundamental para mantener el suministro de agua y asegurar el bienestar de
las comunidades locales.
Resarcir los daños ocasionados al
medio ambiente es una obligación con esta área protegida y que es tarea de cada
ciudadano, para brindarle un futuro pleno a las generaciones futuras.
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