Un alambrado de 200 metros de largo y 3 metros de altura, rodeado de alambres con púas, es lo que levantará el gobierno de Javier Milei en la frontera entre Argentina y Bolivia, entre Aguas Blancas y Bermejo específicamente. Las autoridades argentinas recalcan que es una obra que busca ejercer un mayor control fronterizo, el gobierno boliviano advierte que la decisión puede afectar la buena vecindad entre países, y la población que vive en la frontera, de ambos lados, ve un perjuicio económico.
El interventor de Aguas Blancas, Adrián Zigarán, confirmó
que el alambrado será financiado por el gobierno de la provincia de Salta.
Argumentó la necesidad de esta obra, indicando que muchas personas que llegan a
la terminal de Aguas Blancas cruzan de forma ilegal a Bolivia, saltando un muro
hacia la orilla del río Bermejo para dirigirse directamente a las chalanas. Con
el cerco, quienes deseen cruzar la frontera deberán pasar obligatoriamente por
el punto de control donde están Migraciones y Aduana.
El ministro de Justicia de Bolivia, César Siles, calificó la
medida como una vulneración de los principios de convivencia pacífica y un
posible incumplimiento de tratados internacionales. “Esperamos que esta
decisión sea reconsiderada. Naciones Unidas y la OEA deberían intervenir en
este asunto”, afirmó Siles.
-Detalles del alambrado-
Zigarán detalló a El Tribuno que la licitación de la obra se
hará cuando los fondos estén acreditados en el municipio, lo cual permitirá que
se ejecute en un plazo estimado de 30 a 45 días. De acuerdo con las
proyecciones, estaría finalizada a fines de febrero.
Será de 200 metros lineales y tres metros de altura, desde
la terminal de buses hasta la oficina de Migraciones. Estará elaborado con
alambre romboidal de acero calibre 14, contará con rombos de 5 centímetros de
tamaño, para garantizar un cierre seguro y visible. Además, se instalarán tres
hilos de alambre de púas en la parte superior y una línea de alambre
concertina, para reforzar la efectividad del cerco en evitar cruces no
autorizados.
Los trabajos de instalación incluirán postes de hormigón
armado de 3,5 metros de altura.
Se incluirán tres puertas de acceso exclusivas para el uso
de las fuerzas de seguridad, que permitirán un monitoreo constante de la zona y
un control de los movimientos de personas y bienes.
-Comerciantes atentos-
Quienes viven en la zona fronteriza han escuchado atentos
los argumentos sobre el enmallado y han tenido cautela en sus reacciones.
Freddy Rueda, comerciante y exdirigente de este sector, admitió que existe
preocupación por el impacto económico que tendrán Bermejo y Aguas Blancas,
zonas que viven del comercio.
“Todo el movimiento económico en Bermejo y Aguas Blancas
gira en torno al comercio, el transporte, la venta de comida, los hoteles, la
venta de refrescos, todo. Esto seguramente será un perjuicio”, indicó.
Si bien el objetivo del enmallado es que quienes crucen la
frontera pasen por los puntos de control legalmente establecidos, Rueda recalcó
que esto será un problema, debido a la demora en los controles y a las altas
temperaturas.
“Ya intentaron habilitar un solo paso fronterizo, y hubo
desmayos en la fila, la gente se cansaba de esperar. Se debe tomar en cuenta
que aquí el calor suele pasar los 38 grados, es muy fuerte. Hay gente adulta
mayor, niños, que no pueden estar dos o tres horas parados esperando. Esto ya
pasó, por eso deben pensar en otras opciones”, recalcó.
Rueda detalló que, debido al movimiento económico del
comercio fronterizo, mucha gente de otros departamentos se trasladó a vivir a
Bermejo. Estima que en este último año el número de comerciantes, de 5.000 que
estaban registrados, se duplicó.
El dirigente gremial
espera que se establezca un diálogo entre los gobiernos de Bolivia y Argentina,
del que espera sean parte los sectores que se verán afectados por el enmallado.
El País
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