El País
Los cívicos señalan que una vez que se acabe el gas para
generar energía con la Termoélectrica, será este proyecto el que garantizará el
suministro energético para la región chaqueña
La generación de energía eléctrica tras el agotamiento de
los campos gasíferos es una problemática que ha generado preocupación en la
Región Autónoma del Chaco, más cuando se ha advertido que la producción de gas
ha caído un 52% entre la gestión 2014 al 2024. Frente a este escenario, desde
el Chaco tarijeño han puesto la mirada en el proyecto hidroeléctrico El
Carrizal ubicado en el Cañón de Pilaya, en el departamento de Chuquisaca.
Cabe mencionar, que la preocupación en la Región del Chaco
llega después que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) haya
advertido a finales del 2024 que las reservas de gas de Bolivia alcanzaron los
4,5 trillones de pies cúbicos (TCF, por sus siglas en inglés) en el año 2023.
Cívicos de Yacuiba
Desde el Comité Cívico de Yacuiba señalan que es necesario
buscar energías alternativas para evitar un colapso dentro de tres años,
periodo en el que se estima pueda acabarse el gas en el país.
El presidente del Comité Cívico de Yacuiba, Henry Medrano,
adelantó que para el mes de marzo tienen previsto realizar un foro energético
para elevar una propuesta al país al respecto de los hidrocarburos y las
alternativas.
Medrano mencionó que una vez que se termine el gas,
complicará la generación de energía eléctrica para el país, esto sin considerar
el hecho que el Chaco se verá privado de percibir regalías.
“La Planta Termoeléctrica que tenemos en Yaguacua, es una
planta que funciona a gas y si no hay gas, vamos a tener que importar. Así como
le vendíamos a la Argentina, ahora nos van a tener que vender gas a nosotros y
lógicamente el gran problema que vamos a tener va a ser el precio del gas”,
apuntó.
Las alternativas
Medrano señaló que ahora es tiempo de analizar las
alternativas que tiene la región y el país de poder contar con una energía más
barata y sostenible con el tiempo, ya que lo que se generaba con los
hidrocarburos se está acabando.
“Tenemos en mesa, el poder impulsar este año la construcción
el proyecto hidroeléctrico El Carrizal, un proyecto nuevo, pero que ha sido
elaborado con la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca en coordinación
con autoridades de Tarija, (…) proyecto que le daría dos grandes beneficios
tanto a Chuquisaca como a Tarija, el primero es la generación de energía
eléctrica y el segundo es el riego”, mencionó.
El dirigente cívico mencionó que el Chaco históricamente
sufre el tema de la sequía, un tema recurrente de todos los años, y con la
construcción de esta presa, se proyecta regar 90.000 hectáreas, con lo que se
puede hablar de atender las necesidades de riesgo del sur de Chuquisaca y parte
del chaco tarijeño.
Medrano detalló que este proyecto prevé ser construido en el
principal afluente del río Pilcomayo, como lo es el río Pilaya, que se ubica
entre los departamentos de Tarija y Chuquisaca, en la zona de El Carrizal.
El Carrizal busca generar 1842,8 GW por hora
Según Mirko Gardilcic, docente de la Universidad San
Francisco Xavier de Chuquisaca (SFX), entrevistado por Periodismo que Cuenta,
el proyecto hidroeléctrico El Carrizal revolucionará la generación de energía
en Bolivia. El proyecto estará ubicado en el Cañón de Pilaya, en el
departamento de Chuquisaca.
Gardilcic detalló que El Carrizal es uno de los pocos
proyectos hidroeléctricos en Bolivia que ya cuenta con un diseño final. Este
diseño, elaborado por Aguilar y Asociados, asegura que el proyecto está en
condiciones de comenzar su construcción de inmediato.
Con sus 3030 metros de altura, el Cañón de Pilaya es el
sexto más profundo del mundo, ofreciendo condiciones óptimas para la generación
de energía hidroeléctrica. El Carrizal promete generar 1842,8 gigavatios por
hora (GWh) al año, lo que equivale a la cuarta parte del consumo energético
actual de Bolivia. Además, el proyecto contempla un embalse con una capacidad
de 1334 hectómetros cúbicos (hm³), lo que equivale a unas 453,600 piscinas
olímpicas.
El costo total del proyecto se estima en 900 millones de
dólares, con un retorno anual de 235 millones de dólares gracias a la
generación de energía hidroeléctrica. Este cambio permitiría reducir la
dependencia del gas natural, que actualmente se quema para producir
electricidad. La generación de energía a través del agua no solo es más
sostenible, sino que también libera gas para su venta al exterior, donde los
precios son significativamente más altos.
El departamento de Tarija también se beneficiaría, ya que el
riego regulado de 90,000 hectáreas podría generar ingresos de hasta 54 millones
de dólares solo con la producción de soya, sin contar otros cultivos.
El financiamiento del proyecto dependerá de fuentes
externas, dada la falta de recursos del Estado boliviano para emprenderlo
rápidamente. El proyecto podría completarse en un plazo de cuatro años, con una
inversión en infraestructura, incluyendo 1.2 millones de toneladas de cemento y
4 millones de toneladas de áridos.
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